`Hijo¨ de pareja gay y madre de alquiler bautizado en Catedral de B Aires


María Ferraz

No sé que más pruebas queremos para ver que la Iglesia, o gran parte de ella está tomada por los enemigos de Dios, que hacen alarde de comportamientos escandalosos tomando las casas más representativas de Dios para propagar públicamente que el pecado sodomítico cabe en la Iglesia aunque sea de refilón. 

Un famoso homosexual y su pareja montan su show particular con toda la publicidad posible para que llegue a todos los rincones del mundo:

En este caso, el niño bautizado, proviene de una madre de alquiler y de un donante de esperma escogido, cuando la fertilización in vitro no está aceptada moralmente, ni tampoco la unión de dos homosexuales, que además quieren celebrar a bombo y platillo un bautizo en una Iglesia en la que no creen. ¿Quién está a cargo  de la catedral de B Aires y permite semejante aberración? Supongo que uno de los liberales que acogió la comunión sacrílega a divorciados `recasados´por lo civil cuando el nefasto Amoris L hizo su aparición, y ahora se demuestra que es partidario también de la sodomía.

Una nueva burla a la Esposa de Jesucristo después de que Bergoglio nombrara obispo, hace pocos días a un homosexual activo. Está claro a dónde quieren llevar a la Iglesia: a la aceptación de la sodomía

Informa en-news:

El rico coreógrafo homosexual argentino Flavio Mendoza, de 43 años, organizó un show bautismal para su bebé sde una madre de alquiler en la Catedral de Buenos Aires. 

Mendoza estuvo acompañado por su actual compañero gay, Daniel Allodi, de 32 años.Según Clarín.com (5 de agosto), Allodi, propietario de un solarium, jugó un papel principal durante el evento.

El bebé nació en abril de una madre de alquiler a sueldo, un procedimiento que cuesta hasta 130,000 dólares.

Mendoza celebró el evento gay en la catedral con invitados destacados y publicó las imágenes más tarde en Internet.




               Bergoglio ya recibió sonriente a una pareja de divorciados y se hizo      las fotitos para la posteridad