Pecados, delitos y el Papa



7 de agosto de 2018 (LifeSiteNews) - Como madre, con la responsabilidad dada por Dios, de levar a siete niños a la santidad me consterna escuchar la reciente declaración del Papa Francisco de que algunas de las actividades homosexuales dentro de los seminarios son "pecados de juventud" y "no delitos". 

Cuando el pecado es contra los jóvenes y está involucrado el poder de los adultos esto parece ser un crimen contra la juventud.

Como cristianos, somos llamados a la santidad. Se nos enseña a evitar ofender al Señor, lo que significa cumplir con Sus Mandamientos. Los primeros 10 y luego los nuevos, dados por Jesús mismo.

Con base a los Mandamientos 6º y 9º, que dejan muy claro cuánto ofenden a Dios los pecados sexuales, la Nueva Ley del amor los refina para mostrar cuán importante es la pureza. Como cristianos, debemos valorar y preservar no solo la nuestra sino la de los demás.

El que destruye la inocencia o la pureza de otro, particularmente la de los jóvenes, merece, según Nuestro Señor, que se le ate al cuello una piedra de molino  y sea arrojado al mar.

Por haber seducido e inducido a prácticas homosexuales a jóvenes seminaristas que han ingresado en los seminarios como las vocaciones más selectas de Dios, el cardenal Theodore McCarrick y otros como él deben recibir el castigo de la piedra de molino.

¡En cambio, McCarrick fue elegido para liderar la 'investigación' del abuso sexual (en la Iglesia de EEUU)!
Una vez más, el Papa Francisco llama a éstos "pecados de juventud" y "no delitos". El Papa Francisco considera, desde su alto cargo, que destruir la inocencia de los "menores" no constituye un "delito". Hablar en lenguaje de abogados, ahora lo llaman " el lenguaje vaticano "- para trampear y tapar lo que verdaderamente ha sido un crimen contra la Iglesia.

Que toda una generación de jóvenes vocaciones siguiendo el llamado de San Juan Pablo II para renovar la Iglesia con una nueva visión del mensaje del Evangelio haya sido presionada, seducida y convencida de someterse a prácticas repugnantes y lascivas, ya que poco a poco aceptaron que estas debe ser parte de la vida sacerdotal ... ¡es un crimen horrible!

Es un crimen contra la juventud.

Es un crimen contra las familias que confían sus hijos y sus almas a esos sacerdotes.

Es un crimen contra la Iglesia.

Es, lo peor de todo, un crimen contra Dios.

Se supone que debemos orar por los pecadores. No estoy segura de que Jesús nos haya ordenado que oremos por aquellos que merecen el tratamiento de la piedra de molino.

Rezaré por el Papa Francisco, sin embargo, por el error de colocar en posiciones de gran importancia a tantos hombres con pensamientos pervertidos ... hombres que han estado haciendo estas cosas, permitiendo que sigan sucediendo, o simplemente quedándose en silencio, ante una generación de jóvenes que han sido conducidos a un pecado muy grave y a distanciarse de Dios.

(Fco) debe rescindir una serie de nombramientos. Debería hacerlo antes de que la prensa hambrienta (de escándalos)  y los católicos enojados saquen a la luz las sórdidas vidas privadas de aquellos a quienes él ha nombrado en importantes  posiciones 
Debe hacer esto antes de Dublín (del Encuentro de las Familias), o me temo que el escándalo se profundizará. 

Los jóvenes no se merecen esto. Las familias no se lo merecen. La Iglesia ciertamente no se merece esto.

Christine de Marcellus Vollmer es ex miembro de la Academia Pontificia para la Vida y del Consejo Pontificio para la Familia y actual vicepresidenta de la Academia Juan Pablo II para la Vida Humana y la Familia.