Las cosas más increíbles y ridículas que superan nuestra capacidad para creer que realmente están sucediendo, se han convertido en un informe diario
Muchos de ustedes ya han visto parte de nuestra entrevista de ayer con el Padre Paul Kalchik que está siendo aterrorizado y amenazado por el card. Blase Cupich y su cancillería porque fue parte de la acción de quemar una bandera sacrílega homosexual con una cruz, que su parroquia poseía y los parroquianos querían destruir.
La bandera en cuestión colgaba en el santuario de la parroquia de la Resurrección y era un símbolo de la aceptación cada vez más amplia de la sodomía comenzada por el card Joseph Bernardin y su archidiócesis pro homosexual. El pastor responsable de todo esto fue el Padre Daniel Montalbano, que era un homosexual activo.
Entonces, Cupich envió a la parroquia de la Resurrección del P Kalchik, a funcionarios de la cancillería que le dijeron que si no cumplía sus demandas de empacar sus cosas y marcahrse con ellos inmediatamente para recibir tratamiento psiquiátrico, sería arrestado.
Esto es ridículo.
Pero agregando un insulto ridículo a otro en este espectáculo interminable de hipocresía y engaño, considere esto.
Cupich y el grupo misericordioso siempre están hablando de misericordia y de ser amables y estamos en medio de una revolución de misericordia en la Iglesia.
Están tan preocupados por aparentar misericordia, especialmente con los homosexuales seculares y sus aliados, que van a avasallar a su propio clero fiel, incluso si esos clérigos fueron ellos mismos víctimas de la depredación homosexual, y no solo una vez, sino dos veces.
Así reflexionemos sobre esto. Un sacerdote (como el P Kalchik) que es un buen sacerdote que hace todo lo posible para llevar a su pequeño rebaño a la santidad encuentra un símbolo (la bandera con una cruz y un arcoiris) diabólico y diametralmente opuesto a esto, y que es propiedad de la parroquia: esa es la clave.
(Los feligreses) piden que se queme, él acepta, la queman. La ceremonia privada se conoce a través de las redes sociales y la gran máquina de odio gay en la cancillería y la ciudad se pone en marcha y demanda sangre.
Cupich obedientemente se pone en marcha, enviando agentes para forzar al sacerdote -una víctima de la depredación homosexual en dos ocasiones- a la atención psiquiátrica por su participación en la quema de un símbolo maligno propiedad de su parroquia.
Ahora el sacerdote se esconde por miedo a su vida, del ataque a la comunidad homosexual y por miedo a la injusticia de su arzobispo.
Esto es ridículo, y tiene que llegar a su fin.
Es por eso que te estamos instando a que firmes nuestra petición de Church Militant que el card. Cupich debe ser depuesto o renunciar. Más de 15,000 personas se han registrado en solo un par de días. Por favor, agrega su firma y díselo a todos sus conocidos: aquí
La revolución de la misericordia es un reino de terror para aquellos que no están de acuerdo con la agenda gay.
Extractado y adaptado de The Vortex