Pondré gracias celestiales en tu alma



Jesús

Envío a Mis apóstoles la gracia necesaria para la serenidad de espíritu. Con este espíritu, Mis seguidores traerán la serenidad celestial a un mundo inquieto que tiembla de inquietud. Cumplid vuestro compromiso con el tiempo que dedicas a la oración silenciosa y pondré estas gracias celestiales en vuestra alma. 

Otros identificarán estas gracias en ti porque estos regalos son contrarios a los regalos que ofrece el mundo. Esta es otra forma en que Mis apóstoles se destacan. No paséis mucho tiempo discutiendo sobre eventos del mundo. Largas discusiones no benefician la situación. Pasad, en cambio, una gran cantidad de tiempo orando por el mundo. 

Esto beneficiará la situación, junto con los que te rodean y tu propia alma inestimable, que se vuelve más y más bella a través de la oración y el silencio. Quiero que cada apóstol comprenda que no he abandonado este mundo. Considerad esto con cuidado. Yo soy Jesús Yo soy Dios. No he abandonado este mundo. No tengáis miedo. 

Os digo esto, queridos apóstoles, con firmeza. No quiero que Mis apóstoles tengan miedo o comuniquen miedo a otros. Traedme vuestros miedos y dad Mi paz a los demás. Este es vuestra llamada, vuestra tarea divina. Aceptad esta llamada tan en serio como aceptas Mi amor por vosotros y vuestro amor por Mí. 
Nuestro amor recíproco es natural y justo, santo y bendito. Mi paz en vuestra alma también es natural y justa, santa y bendita. Apóstoles, sed disciplinados en esas acciones que is traen paz y sed igualmente disciplinados para evitar las cosas que les causan malestar.

Intento consolar a muchos. Muy a menudo, lo haré a través de vosotros

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