El Vaticano obstaculiza atajar la sodomía clerical




María Ferraz

Está claro que el Vaticano no quiere atajar el tema del abuso homosexual en la Iglesia, con el fin de proteger a todos los "mcCarricks" sodomitas que ostentan posiciones de poder, cobijados en la misma, para esconder su actividad sexual ilícita que incluye la violación de menores o el acoso de varones jóvenes, ya sean sacerdotes o seminaristas. 
Vergonzosamente, estos individuos se sirven de la Iglesia como modo de vida, lo que les facilita gran libertad para las correrías con los demás miembros de estas redes homosexuales, y, algo fundamental, para envenenar con una teología herética el tratamiento católico de la homosexualidad. 

Esto mismo proviene de la cabeza, ya que Bergoglio ha designado al jesuita pro sodomita (y dicen sus cercanos que sodomita él mismo), James Martin, como consejero de comunicaciones vaticanas, quien, además de ser aficionado a conferenciar por todo el país con discursos cada vez más abiertamente homosexualistas, ha afirmado que los nombramientos de cardenales y obispos pro gay por parte de Fco, tienen el propósito de cambiar la Iglesia respecto a los temas LGBT.

Recordemos el historial:


Bergoglio, no sólo sentenció: "Quién soy yo para juzgar" respecto a mons Ricca, un homosexual activo -a quién el mismo le dio un puesto relevante-, cuando fue pescado in fraganti con un joven, 

sino que fue y sigue siendo ensalzado por el mundo por su apertura a la homosexualidad, 

protagonizó varias a portadas de revistas seculares anticatólicas, la más chocante, la publicación para público gay "The Advocate", 

se fotografió con una pulsera del orgullo gay, 

devolvió al ministerio activo al abusador Inzoli, 

traspasó y encubrió a varios curas pederastas u homosexuales activos en Argentina, 

le dijo a la víctima chilena de abusos, Juan Carlos Cruz: "Dios te ha hecho gay"

aceptó la renuncia de McCarrick en lugar de retirarlo él mismo del estado clerical...

sino que más recientemente, esta obstaculización por Bergoglio y los suyos, a que se conozcan y castiguen los abusadores culpables que permanecen como miembros activos en la Iglesia, se ha comprobado en estos hechos:



Primero, en la negativa de Bergoglio en conceder una cita solicitada con urgencia por el presidente de la conf episcopal de EEUU para trazar unas disposiciones contra los abusos, nada más conocerse el caso McCarrick; a lo que al final cedió, 

Segundo, retrasando más de medio año -desde que surgió el escándalo- (nada menos que hasta febrero de 2019) la reunión en la que intervendría Fco para atajar el tema, 


Tercero, prohibiendo, hoy 12 de noviembre, que los obispos de EEUU voten sobre las medidas contra el abuso homosex. clerical mientras se hallan reunidos con este fin, en Baltimore:  -El Vaticano ordenó a los obispos católicos de EE. UU. que no voten sobre nuevas medidas que responsabilizan a los obispos. El presidente de la conferencia, Di Nardo, dijo que estaba "decepcionado" por la decisión-



Cuarto, eludiendo y ridiculizando las acusaciones gravísimas del dossier de Viganò que implican a Fco y a varios obispos o cardenales nombrados por él, respecto a la sodomía clerical o su encubrimiento, y sobre una corriente sodomítica que quiere imponer la aceptación de la homosexaulidad en la Iglesia, de la que forman parte Coccopalmerio y Paglia, -ambos muy cercanos a Bergoglio-, hasta el punto de asimilar, a los que piden respuestas, incluido Viganò, al demonio.

Haciendo caso omiso a la advertencia de Viganò, de que James Martin ha sido designado por la mafia sodomítica para pervertir a los jóvenes, cosa que Fco parece conocer y aceptar, hasta el punto de darle cancha en todas partes.


Quinto, ignorando el dossier que BXVI le cedió en los primeros momentos del nuevo pontificado y que contiene información explosiva de miembros de la jerarquía por su condición de homosexuales activos e incluso satanistas.