El sorprendente discurso navideño de David Cameron



               
24 diciembre 2012                                                                                                   

               
              
Ha sorprendido el discurso navideño del Primer Ministro británico, David Cameron, que ha sido el más religioso y cristocéntrico en muchas décadas.

"La Navidad nos da la oportunidad de recordar la historia de Navidad, la historia del nacimiento de Jesucristo y la esperanza que lleva a los incontables millones que le siguen", afirmó.

"El Evangelio de Juan nos dice que en este Hombre estaba la vida, y que la vida era la luz para toda la humanidad, y que vino con gracia, verdad y amor. De hecho, la Palabra de Dios nos recuerda que Jesús era el Príncipe de Paz".

Aquí, Cameron usó dos versículos del prólogo del Evangelio de Juan ("En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres" -Juan 1, 4- y "El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad" -Juan 1, 17-), juntándolo con el título que da el profeta Isaías al Mesías, que será "Príncipe de Paz").

Y concluyó así el primer ministro británico: "como quiera que celebren ustedes esta época del año, es mi esperanza y oración que tengan unas felices y pacíficas Navidades".

En un discurso en 2011, Cameron dejó caer que piensa que los valores bíblicos "van al corazón" de lo que significa ser británico, aunque admitía que él no era más que un "cristiano vagamente practicante" y "lleno de dudas" respecto a asuntos teológicos.

El discurso ha sorprendido en una Inglaterra que está más secularizada que nunca. Apenas un millón de anglicanos va a las iglesias en los domingos normales (aunque en Navidad son muchos más). El Partido Conservador, el de Cameron, quiere aprobar el matrimonio homosexual (aunque con más de cien diputados de distintas fuerzas oponiéndose) y se ha cerrado hasta la última agencia de adopción católica por negarse a entregar niños a parejas del mismo sexo.

Una ley inglesa permite a los empresarios despedir a los trabajadores que lleven una crucecita, aunque esté tapada, y los abogados del Estado británico piensan defender esta ley en la Corte Europea de Derechos Humanos. Y hay diputados pidiendo que el Parlamento obligue a la Iglesia Anglicana a cambiar sus mecanismos y doctrinas y que ordene obispas.

P. J. Ginés/ReL