Habla el demonio

Este texto está sacado de unos exorcismos realizados el 21 de septiembre y el 1º de noviembre de 1982 en los que el demonio fue obligado a hablar acerca de los ángeles, san José y las almas del purgatorio. Estas revelaciones incluyen a los Siete Arcángeles. 


Demonio.-  Yo tengo que decir que los siete Arcángeles tienen, sobre todo, que ser invocados por su nombre. La gran importancia de su oración, de su ayuda, y su compromiso son inestimables y sublimes. Yo no hubiese querido hablar en absoluto, pero tengo que hacerlo. Hoy estaré obligado. 

Nosotros tenemos terror también a los más pequeños ángeles, sin hablar de los mayores. Por esto debéis invocarlos. Sí también se deberían dar a conocer a los ángeles y a los santos de cada día porque el ejército de los ángeles y cada ángel del día está presente para toda la humanidad; porque ahora es el tiempo de la gran aberración y nosotros aplastamos a los hombres y podemos hacerles un daño aún durante diez o veinte o treinta años.
Los ángeles: nuestros ayudantes
Los ángeles: nuestros ayudantes
Los tiempos en la actualidad han llegado a ser peores y también los asaltos del infierno. Por esto se deberían invocar a los ángeles de cada día.  

El Príncipe Ángel Leutikyel, el  Ángel del Getsemaní; es aquel que corre en auxilio en cada momento de desesperación. 

 Sobre todo hay que invocar la ayuda de este ángel. El consoló al Altísimo en su horrendo abandono en el Huerto de Getsemaní, junto con Oriphiel y otros ángeles.

Él viste un hábito sacerdotal, una estola cruzada y sobre el hábito la imagen de los colores del Huerto de los Olivos y el Cáliz con la Sagrada Hostia. Es el ángel particular de los desesperados, de los desalentados, de los que están verdaderamente postrados, de los extenuados y de los sin fuerzas, de aquellos que no resisten ya y quieren acabar con su vida.  Él puede y es capaz de ayudar, de detener a éstos en el último momento. Si se lo invoca por lo menos una vez al año, él puede impedir el suicidio, mientras que la misma persona que no le suplica o no lo invoca  corre el riesgo de suicidarse. Pero si un desesperado que piensa en el suicidio lo invoca por lo menos una vez o dos en un año, a este santo arcángel Leutikyel: "Oh, santo Leutikyel, ayúdame, consuélame, socórreme" nosotros los demonios ya no tenemos el poder de llevar a este hombre al suicidio.

Entonces el arcángel San Leutikyel apoya su mano sobre esta persona durante todo el año. Nosotros no lo podemos ya arrastrar al suicidio. El ángel tiene un enorme poder sobre esta persona durante ese tiempo pues tiene un enorme poder y una gran fuerza. Por lo tanto, no es justo y no es lo mismo invocar o no a este gran ángel.

Junto con San Leutikyel está también San Orphar, con poder para escuchar las influencias maléficas y alejarlas, y que viene en ayuda de los drogadictos. 
Ángel Leutikyel protege a los drogadictos, suicidas y alcohólicos
Ángel Leutikyel protege a los drogadictos, suicidas y alcohólicos
Leutikyel es también un poderoso ángel de los toxicómanos, porque efectivamente éstos se encuentran en una situación verdaderamente desesperada. 

¿No es una desesperación si es que uno bebe un trago después de otro, una droga tras otra y no encuentra un camino de salida? Ellos están en una situación de la que ya es imposible salir.  También en esto el ángel Leutikyel  viene en ayuda y sobre todo el ángel de la noche que se llama Orphar. Este es el ángel de la oscuridad y de la noche. Es aquel que  escucha los eventuales influjos malignos. A los hombres que están en peligro de llegar a ser toxicómanos, los podría aún ayudar y alejarlos del peligro si se lo invoca.  También podría liberar de su mal a aquellos que ya son unos toxicómanos declarados.