La censura del lobby
gay choca contra el respeto universitario a la investigación científica
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ciencia no sostiene las pretensiones homosexuales
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alertan de los riesgos de alentar la homosexualidad en jóvenes
El estudio del sociólogo Mark Regnerus, de la Universidad de
Texas, sobre la mayor problematicidad en la vida adulta de los niños criados
por parejas homosexuales le trajo más de un disgusto académico y legal con el
lobby gay. Pero ha salido reforzado de esa batalla con sentencias judiciales y
apoyos entre sus colegas que demuestran que se limitó a mostrar los resultados
objetivos de sus investigaciones.
Ahora ha dado a conocer un nuevo estudio que también
levantará ampollas, porque pone en relación el consumo de pornografía con la
convicción de que las parejas del mismo sexo deberían poder contraer
matrimonio.
Pornografía vs matrimonio
En el artículo que consagra a exponer estos resultados, Mark
recuerda que si el matrimonio "tiene su estructura característica
principalmente por su orientación a la procreación, y supone tratar y compartir
el propio cuerpo y a uno mismo de la forma más favorable para una paternidad
honorable -entre otras cosas, la permanencia y la exclusividad-" (una
afirmación que extrae de otros compañeros sociólogos), entonces la pornografía
es todo lo contrario.
En efecto, "aleja el sexo -mediante su representación
gráfica- de cualquier sentido de actividad procreadora de hijos" y mina la
idea de que el intercambio sexual sea "permanente o exclusivo":
"Todo lo contrario: refuerza la idea de que puedes compartir tu cuerpo sin
involucrarte a ti mismo, y eso de forma temporal y no exclusiva, y todo ello
sin consecuencias".
Datos aparentemente contra la hipótesis
A partir de esta consideración, Regenerus se planteó si
podría haber una correlación entre el consumo de pornografía y la actitud hacia
el matrimonio del mismo sexo. Los datos, aparentemente, apuntarían a lo
contrario.
En efecto, mientras que los hombres son abrumadoramente más
consumidores de pornografía que las mujeres, el matrimonio del mismo sexo es
mejor visto entre ellas: según la última encuesta de Gallup, lo apoyan en Estados
Unidos el 56% de las féminas y el 42% de los varones.
O también: en las elecciones presidenciales de 2008, ocho de
los diez estados con mayor consumo de pornografía votaron en sentido
republicano, esto es, en principio, defensor del matrimonio como unión de un
hombre y una mujer.
Hombres y mujeres
Pero, ¿y si miramos a los individuos, y no los
comportamientos colectivos? Una encuesta del New Family Structures Study
[Estudio sobre Nuevas Estructuras Familiares] para adultos entre 23 y 39 años
mostró que el 42% de los hombres y el 47% de las mujeres aprobaban la
legalización del matrimonio homosexual, frente a un 37% de hombres y un 30% de
mujeres que lo rechazan, y un porcentaje similar de indecisos. Era lo esperado,
subraya Regnerus.
Habituales y ocasionales
Pues bien, al cruzar datos de comportamiento individual
masculino con convicciones sobre el matrimonio gay, aparecían esta correlación,
a igualdad de otros factores (filiación política, religiosidad, estado civil,
edad, educación y orientación sexual): entre quienes consumían material
pornográfico "todos o casi todos los días", el 54% "apoyaban
mucho" el matrimonio gay, frente a solo un 13% entre quienes consumían
pornografía "una vez al mes o menos". Hay que subrayar que este dato
es independiente de las otras variables, y por tanto afecta por igual
independientemente de las opiniones morales.
Por tanto, subraya Regnerus, el consumo de pornografía
"es un predictor (muy) importante del apoyo de los varones al matrimonio
del mismo sexo".
Adopción y matrimonio en sí mismo
Exactamente lo mismo sucede respecto a la adopción por hijos
de parejas homosexuales: a igualdad de otros factores como convicciones
religiosas, morales o políticas, la apoyan el 63% de los varones consumidores
habituales de pornografía, y sólo el 26% de los consumidores ocasionales.
¿Y respecto al matrimonio en sí mismo? El 49% de los
consumidores ocasionales se mostraron "muy en desacuerdo" con la
afirmación de que el matrimonio es una institución obsoleta, frente al 14% de
los consumidores habituales de pornografía.
"Por supuesto, la correlación no significa causalidad,
y no estoy sugiriendo causalidad alguna", advierte Regnerus, pero sí
señala un punto importante: "El apoyo de los jóvenes a la redefinición del
matrimonio puede no ser sólo producto de ideas sobre la extensión de libertades
y derechos. Puede ser, al menos en parte, consecuencia de su habituación a todo
tipo de exposición gráfica del sexo".
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C.L. / ReL |