Suenens y Danneels, traidores de la Iglesia

                                Danneels 

 

                                                                                                      Suenens

Un editorial del diario italiano Il Foglio hace un análisis despiadado de la situación de la Iglesia en Bélgica, después de la jubilación del cardenal Godfried Danneels (76 años), arzobispo de Bruselas, primado y presidente de la Conferencia episcopal. Los seminarios están vacíos, los fieles practicantes reducidos al mínimo, mientras que los obispos no gozan del prestigio público de hace unos años.

Los datos dicen que las diócesis belgas reúnen sólo 71 seminaristas, la mitad de los cuales en la diócesis de Namur, gobernada por el arzobispo André-Mutien Leónard, a quien algunos ven como el único capaz de imprimir un giro a la situación actual. Para otros, el sucesor –en la línea de la continuidad- debería ser Jozef de Kesel, actual obispo auxiliar de Danneels en Bruselas.

El diario recuerda
cómo el predecesor de Danneels, el cardenal Suenens, combatió públicamente la encíclica “Humanae vitae”, en abierta oposición a Pablo VI. Dice que algunos achacan a Danneel que no haya frenado la deriva doctrinal emprendida por la universidad católica de Lovaina, donde entre otras cosas se ha sostenido la legitimidad de las uniones homosexuales.  Personalmente, prefiero pensar que las cosas siempre son un poco más complejas de lo que parecen, pero el caso belga vuelve a enseñar que los intentos por adaptar el “core business” de la Iglesia para hacerlo más “aceptable” no dan el resultado esperado: los fieles escapan por las ventanas y no entra nadie nuevo por la puerta.