Un director de cine taiwanés Jiang se convierte del budismo al catolicismo tras filmar historias de conversos
La capacidad de escucha de Jesús en los Evangelios y la esperanza profunda de la fe cristiana le animaron a dar el paso.
Jiang, conocido director de cine taiwanés, casado y con hijos, de
familia budista, fue bautizado este 6 de enero, fiesta de la Epifanía
de Jesús.
Ha elegido esta fecha porque es cuando Jesús «se manifiesta» a la
humanidad. Jiang ha colaborado en varios proyectos apologéticos y de
diálogo intercultural e interreligioso, impulsados por el cardenal Shan.
Para alguien que ha vivido toda su vida profesional en el sector de la
comunicación, «éste es, de hecho, un día importante», relata Xin Yage a
la agencia Asia News.
Jiang se interesó por la fotografía desde que era pequeño. Más tarde,
su tío le regaló un proyector de 8 mm. Con el tiempo, empezó a pensar
en trabajar en la industria del cine y dedicarse a hacer buenas
películas.
En la década de 1970, trabajó como asistente de fotografía en la
industria cinematográfica de Taiwán, trabajando en dos productoras
chinas de éxito. Se trasladó a la televisión cuando el gobierno comenzó
con los programas infantiles de financiación educativa y de
alfabetización.
Después de conseguir un trabajo como cineasta en dos redes de
televisión del Gobierno, pasó a Kuangqi Programa de Servicio (KPS), una
emisora católica, donde trabajó como productor, junto con unos 200
empleados, en su mayoría jóvenes y personas creativas que se habían
preparado para dicho trabajo en la Universidad de Fujen, una institución
católica.
«Hace unos meses, el cardenal Paul Shan falleció. Fue Presidente de
la red durante un par de años. La familia KPS entrenó a algunos de los
productores taiwaneses de televisión más famosos. También me entrenó a
mí, especialmente en el interior. Lo que llevaba dentro y quería
comunicar eran valores, tratando de ver el significado de las cosas. […]
La sociedad taiwanesa no era tan rica como lo es ahora. Miro hacia
fuera para copiar los valores más importantes», explica Jiang.
«Más tarde me di cuenta de que la dimensión religiosa era lo que más
me atraía. Recuerdo que los misioneros extranjeros y religiosos locales
siempre me animaron a sacar lo mejor de mí mismo. Cuando eres joven
tienes una gran cantidad de energía y quieres comunicar algo que es
tuyo, algo nuevo. Esto siempre ha encontrado sitio en nuestros
programas».
«Fui creciendo y me casé, tuve hijos. Varios sucesos de mi vida
dejaron marcas profundas. Una joven monja que trabajaba con nosotros y
el entonces presidente de nuestra estación, monseñor Shan, me animaron a producir un programa religioso llamado
Evangelio de hoy. Trabajando en este proyecto reflexioné sobre mi estilo
de vida. Probablemente Jesús fue uno de los primeros en escuchar a los
valores de los demás. Cuando estaba haciendo el programa escuché muchas
historias de la gente contando cómo llegaron conocer y seguir a Jesús.
Para mí nunca fue algo neutral»,asegura el cineasta.
«La segunda cosa sin resolver en mi vida fue una enfermedad que
podría haber sido fatal de no haber sido tratada adecuadamente. Afectó a
todo: dieta, estilo de vida, horario de trabajo, ejercicios físicos.
Superé la quimioterapia con la ayuda de mi esposa, mis amigos y colegas,
logré salir adelante, luché y gané. Dejé todo, excepto El Evangelio de
hoy, porque sentía que, además de ayuda física, necesitaba ayuda
espiritual, algo que me diera profunda esperanza. Para mí, esto es muy
importante»,relata Jiang.
El director de cine y productor decidió bautizarse a principios de
este año, porque «queríamos estar seguros de que podía acompañar a mis
familiares al templo para las festividades budistas más importantes, que
afortunadamente no coinciden con las festividades cristianas. Mi esposa
me dijo: O te vienes a ofrecer incienso con nosotros, o te echan de la
casa».