En las Cartas anuales de la Compañía de Jesús en las
Indias, se relata que un joven queriendo salir de casa para cometer una acción
pecaminosa, oyó una voz que le decía: Detente, ¿adónde vas? Se volvió y
vio una estatua de la Virgen Dolorosa. Ella se sacó el puñal que tenía
en el corazón y se lo alargó, diciendo: Toma este puñal y hiéreme a mí
primero, pero no hieras a m i Hijo con semejante pecado.
Al oír esto, el joven se postró en tierra, y del todo arrepentido y deshecho en llanto pidió al Señor y a la Virgen María el perdón de su pecado.
Al oír esto, el joven se postró en tierra, y del todo arrepentido y deshecho en llanto pidió al Señor y a la Virgen María el perdón de su pecado.
Fuente:
Las Glorias de María. San Alfonso María de Ligorio