*Influencia de la fe en el éxito matrimonial

 

Es necesario saber que es el matrimonio y que elementos lo componen

• Unidad • Indisolubilidad • Fecundidad

La fidelidad no se reduce a evitar la traición al otro cónyuge, sino de una conquista que debe hacerse día a día, y de previsión de situaciones que pudieran poner a alguno de ellos en dificultad.

La indisolubilidad explica que es para siempre. ¿Qué tipo de donación sería la de quién se comprometiera mientras le resulta agradable?

La fecundidad, fruto y signo del amor de los esposos implica la ordenación a la procreación y la educación de los hijos.
Según Antonio Vázquez, experto en español en crisis matrimoniales, las causas recurrentes del fracaso matrimonial son las siguientes:

• Quien se casa considerando el matrimonio desde la perspectiva del yo, se sale de la pista ya desde el punto de partida. La pregunta no es: ¿Cuánto me puedo beneficiar, sino cuanto puedo dar en el matrimonio.?


• La falta de auténtico conocimiento recíproco. Al comienzo es un flash que se apaga rápido, con la convivencia la tendencia a idealizar al otro disminuye.


• Las expectativas exageradas: esperar demasiado del matrimonio, en lugar de ir a él para entregarse. Se pretende que el cónyuge sea perfecto, o a eternizar momentos de los primeros días del enamoramiento.


• No encontrar tiempo para estar juntos


• Mal carácter de cada uno, que no se quiere reconocer, controlar o mejorar


• Falta de comunicación


• Ausencia de donación en el acto conyugal


• Rutina


• Provenir de una familia con problemas


• Actitudes negativas: machismo y feminismo


•  Intervención constante de terceros en el hogar (padres, parientes, amigos falsos o equivocados que influyen.)


• Dificultades económicas


• Medios de comunicación que transmiten antivalores

Existe una creencia  tan falsa como difusa según la cual, cuando el amor existe, no deberían presentarse dificultades ni obstáculos. De esta forma, cuando llegan los conflictos, se interpreta que el amor está perdiendo fuerza y calidad. Entonces, valdría la pena preguntarse, ¿Un conflicto es signo de falta de amor, o una llamada para hacerlo madurar, para quererse más y mejor?
Dice A. Vazquez: “¿Obstáculos, como afrontarlos?

Andando por la vida, cogido de la mano de nuestro Padre Dios. Allí es cuando importa muchísimo el hecho de haberse casado versus el convivir con otra persona. Dios mismo es el que da la gracia especial, la fuerza adicional para seguir adelante. ¿Cómo actúan las creencias religiosas en el amor conyugal? Le dan firmeza a esa unión, ayudan en los momentos de calma pero sobre todo en los de crisis que hacen entender el valor de la renuncia y de buscar soluciones.”

Una crisis matrimonial puede presentarse a los 2, 5 u 8 años de matrimonio, en el momento en el que el impulso sentimental pierda fuerza. Si una pareja no logra superar este período crítico, el matrimonio embocará en una especie de precipicio descendente. En la actualidad apenas despuntan las primeras dificultades conyugales, hay quienes experimentan la tentación de pensar que han elegido mal a su pareja.

El hombre y la mujer reflexionan, actúan y sienten de forma diferente.  Se debe respetar y comprender. Hay matrimonios que después de 40 años no se han enterado de esta gran verdad y le piden al otro algo que no puede dar.