Marcel Mariner
ForumLibertas.com
publicó el fallecimiento de Evelyn Billings: El adiós de Evelyn Billings, pionera de la regulación natural de la fertilidad.
En
1968 -después de un período eclesial debatiendo la cuestión de la
regulación de la concepción- S.S. Pablo VI promulgó la encíclica Humanae Vitae. Esta
encíclica fue uno de los frutos del Concilio Vaticano II; el libro del
matrimonio australiano Billings, una de las aportaciones científicas en
esta materia de la sexualidad.
Esta
carta encíclica dejó claramente establecido que todo acto sexual debe
estar abierto a la transmisión de la vida humana y que para ello los
esposos deben proceder con generosidad y cabeza, con oposición a
cualquier planteamiento conyugal anticonceptivo y acto individual
contraceptivo.
Afirma el Cardenal López Trujillo: En cambio, es profundamente diferente de toda práctica anticonceptiva, tanto desde el punto de vista antropológico como moral, porque hunde sus raíces en una concepción distinta de la persona y de la sexualidad, el comportamiento de los cónyuges que, siempre fundamentalmente abiertos al don de la vida, viven su intimidad sólo en los periodos infecundos, debido a serios motivos de paternidad y maternidad responsable.
Afirma el Cardenal López Trujillo: En cambio, es profundamente diferente de toda práctica anticonceptiva, tanto desde el punto de vista antropológico como moral, porque hunde sus raíces en una concepción distinta de la persona y de la sexualidad, el comportamiento de los cónyuges que, siempre fundamentalmente abiertos al don de la vida, viven su intimidad sólo en los periodos infecundos, debido a serios motivos de paternidad y maternidad responsable.
El testimonio de
los matrimonios que desde hace tiempo viven en armonía
con el designio del Creador y lícitamente utilizan,
cuando hay razón proporcionalmente seria, los métodos
justamente llamados naturales, confirma que los esposos pueden
vivir íntegramente, de común acuerdo y con plena
entrega, las exigencias de la castidad y de la vida conyugal.
De
lo contrario, por ignorancia culpable y no culpable, o por desafío
abierto a Dios, se produce una disociación–con
excusas baratas- del acto sexual de sus
consecuencias naturales. El resultado familiar y social es la baja
natalidad generalizada en nuestro entorno occidental y moderno.
Ha
contribuido a ello la tentación constante de los sucesivos “adelantos”
médico-farmacéuticos. Adquirir preservativos en las farmacias es algo
asequible al bolsillo común. También todo lo relativo a la implantación
de dispositivos intrateurinos en la mujer o la receta médica de píldoras
contraceptivas. En un paso más adelantado existen dos intervenciones
quirúrgicas de beneplácito ginecológico generalizado: la vasectomía en
el varón y la ligadura de trompas en la mujer. Son irreversibles. ¿Dónde
están los sermones en los templos?
La
libertad es personal. La elección también lo es. Nadie se entera. Se
entera nuestra conciencia y se entera Dios. Pues lo ve todo en el cielo,
en la tierra y en todas partes. Amén