24 marzo 2013 Francisco Javier Lama / Efe / ReL
Se celebra en las mismas fechas que la Semana Santa, pero
tiene muy poco de religiosa: es la Semana de Turismo uruguaya.
Aunque algunos acuden todavía a las iglesias y a
peregrinaciones aisladas, la mayoría aprovecha esos días para viajar a destinos
turísticos dentro y fuera del país, para asistir a las jineteadas gauchas en
Montevideo, a la Semana de la Cerveza en Paysandú, o a la principal carrera
ciclista del país.
El laicismo que cambia fiestas
Para saber en qué momento se rebautizó la Semana Santa como
Semana de Turismo en Uruguay tenemos que remontarnos a octubre de 1919, cuyo presidente, Batlle y Ordóñez aprobó la Ley de feriados (días festivos) en la que las
principales celebraciones cristianas cambiaron de nombre.
Según esa ley, el día de Navidad pasó a ser oficialmente el
Día de la Familia, y la Festividad de Reyes, el Día de los niños.
Pero el cambio que mayor acogida tuvo fue el de Semana Santa
por Semana del Turismo, que ha hecho olvidar casi completamente su anterior
denominación en el pequeño país sudamericano.
Que no falte el divorcio
Durante el gobierno de Batlle también se aprobaron diversas
leyes progresistas y muy rompedoras para la época, como la separación
definitiva entre Iglesia y Estado, el sufragio femenino o el divorcio.
En las fechas previas a esa semana de asueto, cientos de
agencias de viajes lanzan suculentas ofertas para visitar, tanto el interior
del país, como otros destinos internacionales.
Es una campaña, y la Iglesia lo denuncia
Pero no todos parecen satisfechos con la particular
celebración uruguaya: para el obispo auxiliar del arzobispado de Montevideo,
Daniel Esturla, todas estas campañas y ofertas “fomentan el turismo para alejar
a la gente de las iglesias y de la participación de la vida cristiana”.
Esturla tildó de “lamentable” la campaña de “secularización
y olvido de la tradición cristiana” que, a su juicio, existe en el país.
Según él, celebrar “cristianamente” esas fechas es un
“desafío”, ya que para la comunidad católica es “difícil tratar de vivir con
sentido religioso esta semana desde hace 100 años, si bien muchos uruguayos
combinan el turismo con alguna actividad religiosa”.
Menos Cristo y más cerveza
La celebración más antigua durante la Semana de Turismo es
la Semana Criolla del Prado, en Montevideocuenta con espectáculos ecuestres, exposiciones artísticas y
degustaciones de comida como el asado (carne a la parrilla).
Esto último choca
frontalmente con la tradición cristiana de no comer carne los viernes de
Cuaresma.
Otra tradición típica de esos días es la Semana de la
Cerveza en la ciudad de Paysandú, al noroeste de Uruguay. En este evento la
ciudad llega a duplicar su población en largas y divertidas jornadas de
camping, fiesta, música y mucha cerveza.
La oferta de ocio se completa con la Vuelta Ciclista al
Uruguay, sobre la que existe un dicho según el cual “el año empieza cuando
llega el último ciclista”, en alusión al hecho de que esa competición pone fin
a los largos meses de descanso por el verano austral, de diciembre a marzo.
Algunas actividades religiosas
A pesar del carácter laico de la Semana de Turismo, en
Uruguay se realizan en esa época diversas actividades de carácter religioso.
En el humilde barrio montevideano del Cerro, cada Viernes
Santo se celebra un Via Crucis para recordar el camino que emprendió Jesús de
Nazaret con la cruz a cuestas hasta el monte Calvario donde fue crucificado. En
este caso, el ritual finaliza en lo alto del cerro que da nombre al lugar.
También el Viernes Santo se desarrolla “El paseo de las
siete iglesias”, una peregrinación llamada así porque recorre los siete
principales santuarios católicos del centro de la ciudad, como la Catedral
Metropolitana o la iglesia de San Francisco, y que tiene su origen en una
tradición que estableció, en el siglo XVI, San Felipe Neri.
En otros puntos de la capital y del resto del país, las
parroquias realizan también el Via Crucis y la bendición del Domingo de Ramos,
en memoria de la entrada de Jesucristo en Jerusalén.
El país laico que fomenta a la diosa Yemanjá
La celebración de Yemanjá, la divinidad del
mar y la feminidad de la religión de origen africano umbanda, que cada dos de
febrero congrega a miles de personas en las costas del país, donde se realizan
ofrendas en forma de flores, frutas, alimentos y bebida a las aguas del mar.
Además, durante el año, se realizan diversas peregrinaciones
y romerías multitudinarias, como la procesión de peregrinos, cada mes de junio,
al departamento de Florida para venerar a San Cono, un santo italiano que es
considerado el patrón de la lotería porque da suerte a los jugadores.
Recientemente en Montevideo surgió una fuerte polémica
relacionada con la conversión de diferentes recintos culturales emblemáticos de
la capital uruguaya en iglesias evangélicas.
Uno de esos grupos con mayor presencia es la iglesia
evangélica brasileña Dios es Amor, que se hizo con el mítico Cine Plaza por
tres millones de dólares y que acumula hasta 200 centros en todo el país.