*¡No hay desocupados en el Purgatorio!

¡No hay desocupados en el Purgatorio! Recordamos a nuestros difuntos y oramos por ellos de manera especial durante el mes de Noviembre. ¡Y algunas veces ellos a su vez tienen sorpresas reservadas para nosotros!

En Irlanda, uno de los responsables de un refugio para mujeres embarazadas hizo un maravilloso descubrimiento. Cuando acogía a mujeres que querían abortar, comprobó que a pesar de haber vivido momentos de profundo intercambio con estas futuras madres y de haberlas interiorizado sobre las graves consecuencias físicas, psicológicas y espirituales del aborto, sus esfuerzos por disuadirlas resultaban ineficaces. 

Un día, luego de haber pasado largas horas con una mujer que se mantenía en su elección de abortar, decidió recurrir a las almas del Purgatorio en búsqueda de ayuda. Acto seguido le pidió a un sacerdote que celebrara una misa por la liberación de almas del Purgatorio. Le precisó: “por aquellas que ya están muy cerca del Cielo y que les falta muy poquito para ser liberadas”.

Algunas horas más tarde, volvió a contactar a aquella mujer para saber si ya había programado el aborto a través de algún centro hospitalario. Quedó muy sorprendido cuando la mujer le dijo que había cambiado de opinión y que conservaría la criatura. Animado por este feliz acontecimiento, esta persona renovó sus iniciativas a favor de las almas del purgatorio cada vez que se le presentaba el caso desesperado de una mujer que no quería renunciar al aborto. De esta forma, para su gran alegría, consiguió salvar muchas vidas inocentes.

Las almas de nuestros difuntos tienen gran necesidad de nosotros y son igualmente muy conscientes de nuestras propias necesidades. Como ellas lo ven todo a la luz de Dios y no están más contaminadas por las mentiras del mundo, sólo desean nuestro bien y desean evitarnos el mal.

¡Cómo dejarían de tomarse a pecho y no se apresurarían por proteger a una madre a punto de tomar una mala e irreversible decisión! Estas almas sacan enormes provechos del poder de la misa y es por ello que, por gratitud hacia sus benefactores que hicieron celebrar misas por ellas, están más que felices de responder a las oraciones en favor de la vida. 
Rodean de ternura la vida de aquel pequeño ser, hecho a imagen y semejanza de Dios.
He conocido a muchos hombres devastados porque las madres de sus hijos por nacer se preparaban para abortarlos. ¡Este testimonio puede serles de gran utilidad!

Boletín de Sor Emmanuel