*Anécdotas en la Adoración Perpetua

27.05.13 por Jorge González Guadalix. Sacerdote diocesano de Madrid. Contacto:


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Tres meses y medio desde que la parroquia abrió la capilla para la adoración eucarística perpetua. Gente hay que me pregunta cómo van las cosas, si se mantiene, si hay dificultades, si se producen frutos.


Frutos, muchos. Confesiones impactantes. Gente que va y viene. Un trasiego constante de adoradores prácticamente durante todo el día. Quizá el fruto más grande sea el de la generosidad que se ha despertado en los adoradores, tanto los que tienen turno fijo como los que acuden esporádicamente, de forma que las horas que van quedando libres se puedan cubrir sin demasiadas dificultades.

Hay detalles que impresionan. Un adorador que se hace solito una noche por semana ¡seis horas! Trabajadores que antes de acudir a sus obligaciones se vienen más de un día por semana de cinco a seis de la mañana. Personas que, imposibilitadas de acudir a hora fija semanal, suplen cada semana dos, tres, cuatro horas. Gente que viene para una hora, dos… que vio que no llegaba el relevo y ha seguido tiempo diciendo que quizá es que necesitaba rezar más. Familias enteras: los padres, los hijos, hasta el chiquitín que no tendría más de tres o cuatro años, juntos, de rodillas. Esto es la adoración.

¿Dificultades? Evidentemente muchas. La principal, llenar todas las horas, especialmente el medio día de sábados y domingos. Hasta ahora nos vamos arreglando. Alguna noche que desde fuera han molestado: gritos, vocerío, pulsar repetidamente los timbres. Supongo que la adoración es algo tan grande que el malo anda inquieto.
Este próximo fin de semana lo tenemos especialmente complicado. Ahí tenéis el planning de esta semana con más huecos de los deseables. Nos faltan adoradores para cubrir el sábado 1 nada menos que de 12 a 15 h., y el domingo 2 de 13 a 17 h. Ya me habían dicho que esos medio días eran terribles. Dios proveerá. Lo coloco ahora aquí porque quién sabe si algún infocatólico medio loco podría echarnos una mano este fin de semana. 

La adoración eucarística perpetua es el mayor regalo que hemos podido recibir. Cuesta porque las fuerzas del mal estoy seguro de que rabian con estas cosas. Pero Dios es más grande que nosotros y nos sostiene. Tres meses y medio ya. Mira que me dijeron que imposible, que una locura, que a quién se le ocurre. Hubo quien aventuró que después del “fervorín” (sic) de la primera semana, iba a durar cuatro días. Qué grande es Dios…