*Cura de Vallecas: "El cristianismo no es incompatible con la homosexualidad"

De Castro no está en contra del uso del preservativo, los matrimonios homosexuales o el derecho al aborto. “En la parroquia siempre hemos recomendado el uso del preservativo. ¿Cómo no vas a hacerlo si hemos estado siempre rodeados de enfermedad y muerte?”, señala el sacerdote. “Los gays son personas iguales que las demás. Y punto. ¿Qué más añadir? ¿Cómo va a ser el cristianismo incompatible con la homosexualidad? No existe ningún código de moral en el Evangelio y mucho menos de moral sexual”, dice acerca de la homosexualidad.

El ‘parroco’ de San Carlos Borromeo de Vallecas habla de ‘absurdo celibato’, aborto y homosexualidad

Mayo 12, 2013



El cura de Vallecas, Enrique Castro no está en contra del uso del preservativo, los matrimonios homosexuales o el derecho al aborto. “En la parroquia siempre hemos recomendado el uso del preservativo. ¿Cómo no vas a hacerlo si hemos estado siempre rodeados de enfermedad y muerte?”, señala el sacerdote. “Los gays son personas iguales que las demás. Y punto. ¿Qué más añadir? ¿Cómo va a ser el cristianismo incompatible con la homosexualidad? No existe ningún código de moral en el Evangelio y mucho menos de moral sexual”, dice acerca de la homosexualidad.

(Transcrito de Religión Confidencial)

‘Así en la tierra. La iglesia de los que no se callan’ es el título del libro sobre Enrique Castro, ‘párroco’ del centro pastoral de San Carlos Borromeo del barrio madrileño de Vallecas.

En este libro, el que ya es conocido como el ‘cura rojo’, responde así a los que se preguntan por qué sigue en la iglesia si no está ‘a gusto’: «En mi familia hay cosas que no me gustan y no me voy. Tengo sus genes y tengo su cariño. Pueden excomulgarme, si quieren. Pues que lo hagan, porque yo no voy a irme. Que me excomulguen por intentar seguir a Jesús. Sigo pensando que haces un servicio a la gente cuando eres crítico y trabajas para aclarar las cosas. Cuando explicas el Evangelio y ves que la gente se acerca, lo entiende y lo vive. Se trata de dar la buena noticia. Si entienden esto, yo voy a seguir haciéndolo dentro».
        También habla del celibato como «algo absurdo, ¡Que cada cura haga lo que                quiera! Lo de los curas casados tendría que ser lo más normal del mundo».

En otra parte, habla de su postura frente al aborto: «Lo único que puedes decirles a aquellas que quieren abortar es que si deciden no hacerlo no les faltará nada, ni a ellas ni a sus hijos, pero la decisión siempre es personal. La Iglesia ha gastado más tiempo condenando el aborto que la doble moral. Cuántas personas de derechas, estando en contra del aborto, han llevado a abortar a sus hijas».
Sobre el tema del de la homosexualidad en relación con la Iglesia, opina: «Los gays son personas iguales que las demás. Y punto. ¿Cómo va a ser el cristianismo incompatible con la homosexualidad? No existe ningún código de moral en el Evangelio y mucho menos de moral sexual».

Por último, el sacerdote recuerda los primeros pasos de su vocación: «Mi madre me decía muchas veces que le parecía mentira que fuera cura, porque le quitaba su fe».
Para Enrique, dice el autor del libro, los obispos son como su propia madre con la misma fe, la misma manera de pensar y el mismo anclaje en el pasado. Y como a su madre, los escucha, aunque con diferencias «porque a una madre se la quiere como ella quiere al hijo y se comparte mesa con ella, mientras que con los obispos ni se come ni existe este mismo amor recíproco. Es una cuestión de cariño o falta de cariño».