Los dispositivos de seguridad del Santuario tienen organizada una unidad especial para anticiparse a la crecida del agua, pero los daños fueron inevitables y se prevén considerables, cuatro veces mayores que los de la inundación del octubre pasado, según el rector del santuario, el Padre Horacio Brito.
Todos los peregrinos fueron evacuados de la parte inferior del lugar, totalmente inaccesible, mientras que en la parte superior (incluyendo la Basílica de la Inmaculada Concepción, la Cripta, la Capilla Mater Dolorosa y Crux Gloriosa), los capellanes de Lourdes organizaron y presidieron las misas en la basílica de la Inmaculada Concepción, en la cripta y en sus capillas.
"Ya tenemos una cierta experiencia de los acontecimientos del mes de octubre de 2012. La diferencia es que ahora hay más peregrinos. Nuestra preocupación principal es mantener la acogida en el lugar en las mejores condiciones", destacó el Padre Brito.
También en los Pirineos pero al otro lado de la frontera, el santuario de Mijaran, en el Valle de Arán, quedó totalmente inundado y el agua ha ocasionado graves destrozos.
La Virgen, "en su Santuario de Mijaran inundado, también ha participado de los destrozos, y se ha unido a sus hijos del Valle en el sufrimiento y la angustia. Ahora nos ayudará a ir adelante con esperanza y solidaridad los unos con los otros", dijo el miércoles el Obispo de Urgel, Monseñor Joan-Enric Vives en un mensaje.