Caroline invocaba espíritus y hacía rituales de reiki y
cristales... le cambió una misa de jueves
18 junio 2013 P. J. Ginés/ReL
"Hasta septiembre de 2011, yo no tenía ningún interés
en la religión, en absoluto", explica la inglesa Caroline Burt en
ChNetwork.org. Había estado implicadísima en la nueva era, el reiki y el
espiritismo, pero Dios no le interesaba. ¿Qué le cambió y le llevó a un
cristianismo alegre y gozoso?
-Una misa de diario con la puerta abierta.
-Un convento con una librería bien atendida y el libro
adecuado.
-Una señora que le invitó a rezar el Rosario.
Pero el camino hasta llegar allí fue largo y atravesó valles
realmente tenebrosos.
Familia sin religión
De bebé, Caroline fue bautizada en la Iglesia de Inglaterra
(anglicana), aunque su padre era ateo convencido y su madre no iba a la
iglesia. "De hecho, de niña en casa se me animaba a no practicar la fe
cristiana", recuerda.
Creciendo en el sureste de Inglaterra, se educó en escuelas
anglicanas, donde había clases de religión y oraciones por la mañana, pero ella
no prestaba ninguna atención ni lo valoraba. Cuando acabó la escuela,
desapareció cualquier oración en su vida.
Alguna vez que iba a la iglesia para bodas o funerales,
pensaba que la gente religiosa era rara; ¿por qué ir a la iglesia los domingos,
pudiendo quedarse en la cama durmiendo tranquilamente?
7 años de espiritismo y new age
En 2003 se mudó a la Isla de Wight, frente a la costa sur de
Inglaterra. Allí acudió a una echadora de cartas de tarot, que la invitó a su
grupo de "new age" (nueva era). "Esa señora era una medium
practicante y dirigía un grupo psíquico". Acudió al grupo por
curiosidad... y se quedó 7 años.
Una sesión de reiki "sanador"
"En ese tiempo, aprendí cómo ser yo misma una medium,
canalizando espíritus a través de mi cuerpo, leyendo cartas del tarot,
entrenándome para ser una sanadora con reiki, y entrenando a otros para que lo
hicieran. Impartía talleres de cristales y de "ángeles", que incluían
sanación y ciertos hechizos "mágicos" para atraer a nuestra vida lo
que yo y otros deseábamos".
[Para un análisis católico del reiki, lea aquí las
conclusiones del padre Gareth Leyshon.]
Fiestas neopaganas
"Además, celebraba los shabats, las octavas, los días
de cuarto de luna que representan las estaciones del año en las que invocábamos
los poderes de los dioses y diosasy realizábamos ciertos rituales. Asistí a una
ceremonia del nombre (que es como un "bautizo pagano") y un enlace de
manos entre dos ex-católicos."
En enero de 2011 todo eso ya no le llenaba. Pensó que no
podía crecer más en esa dirección. Además, su nuevo trabajo como cuidadora en
casa de una anciana durante 24 horas al día no le dejaba casi tiempo libre para
esas cosas.
Una parroquia con la puerta abierta
"Entré en la iglesia cuando estaban celebrando la misa
católica. Yo no sabía entonces que era una iglesia católica. No quería llamar
la atención, así que me senté para pasar desapercibida. El cura decía algo, la
gente respondía, las palabras pasaban de largo para mí, pero estando allí
sentada, escuchando, algo en mi interior se movió. A lo largo de esa misa, la
gente se arrodillaba, o se levantaba, o se arrodillaba otra vez, y yo con
ellos, fingiendo que sabía lo que pasaba. Entonces se levantaron todos y fueron
delante, y el cura repartía lo que -según supe luego- era la Sagrada Comunión.
En ese momento, simplemente me quedé sentada pensando: vale, aquí estoy sentada
en una iglesia un jueves por la mañana, pero, de verdad, yo no soy de ir a
iglesias."
La paz del monasterio
La vida pareció seguir sin cambios, pero unos días después,
estando en Ryde otra vez, Caroline acudió al cercano monasterio de monjes
benedictinos de Quarr Abbey (www.quarrabbey.co.uk). Lo había visitado una vez
con su madre, 8 años atrás, sin prestarle atención, y había pasado varias veces
ante él yendo a cualquier otro lugar. Pero esta vez aparcó su coche, entró en
el templo y se sentó allí, preguntándose porqué ella, una seguidora de la Nueva
Era, sin interés en Dios, se sentía atraída.
Librería de la Abadía de Quarr, donde Caroline decidió
hacerse católica
"Estando allí sentada, un sentido profundo de paz vino
sobre mí, y de nuevo sentí que algo cambiaba en mi interior. Al cabo de un
rato, salí, vi el cartel que señalaba la librería, me acerqué a la señora del
mostrador y le espeté: ´¿Cómo me hago católica?´ Creo que esperaba que se riese
de mí, pero ella parecía pensar que era una pregunta perfectamente razonable.
Me llevó ante una selección de libros de la Sociedad de la Verdad Católica y
tomó uno titulado "Cómo hacerse católico". Fue el primer libro
religioso que compré".
Los cursos de iniciación para adultos
En la librería también le dieron el número de teléfono de la
parroquia que ya había visitado. Les telefoneó y habló con la responsable de
los cursos de iniciación cristiana de adultos, que empezarían dos meses
después. Por cuestiones laborales, no pudo ir a la primera sesión.
A la segunda sí: vio gente muy agradable, pero se sentía muy
fuera de lugar aprendiendo sobre la fe católica desde cero. La tercera sesión
se la saltó, con el pensamiento "eso no es para mí", pero se sintió
inquieta toda la tarde, así que decidió ser constante en las siguientes
sesiones. Y se enganchó. Cada miércoles quería ir y aprender más de la fe.
El Primer Mandamiento choca con la New Age
Aprendió el Primer Mandamiento: "Yo soy el Señor, no
tendrás dioses extraños ante mí". Chocaba con toda su experiencia Nueva
Era, su invocación de espíritus y energías...
"Y cuando hablamos de pecados mortales y veniales, me
preocupó porque supe que había pecado gravemente, pero mi tutora puntualizó que
en esa época yo no había tenido un conocimiento pleno previo de que lo que
hacía era un pecado contra Dios. Eso me confortó, pero he de admitir que no fue
fácil".
En enero de 2012 Caroline realizó los primeros Ritos de
Elección en la catedral de Portsmouth, exactamente 50 años después de haber
sido bautizada de niña, muy contenta y emocionada.
La confesión casi le aleja del catolicismo
Había algo que le asustaba: su primera confesión. Se
acercaba marzo, la Cuaresma, y ella se ponía muy nerviosa. Tanto, que incluso
decidió ¡desertar a la Iglesia anglicana! Pidió cita a la parroquia anglicana,
y allí se dirigía un viernes por la tarde, cuando se encontró por la calle con
su madrina de confirmación, que casualmente había pasado por Ryde para atender
unos asuntos.
- ¿Qué te parece si vamos a la parroquia y rezamos juntas el
Rosario un rato? -dijo la señora.
Caroline nunca había rezado el rosario. Pensó que acabarían
muy pronto, y que aún tendría tiempo de ir a su cita en la parroquia anglicana.
Así que accedió, y rezó su primer rosario.
"Fue adorable. Me equivocaba, me liaba aquí y allá,
pero algo me sucedió durante el rosario. Supe que Dios me había enviado a esta
señora para que no abandonase la Iglesia Católica. Al acabar, dijimos una
oración, y di gracias a Dios. Después, le expliqué a ella lo que había estado a
punto de hacer. Nunca fui a la parroquia anglicana, y una semana después me
confesé por primera vez. Resultó que no era tan malo como pensaba. Sí, estaba
nerviosa, pero el sacerdote no podía haber sido más agradable".
Confirmación y vida de oración
Su confirmación tuvo lugar una semana después. Sus padres y
parientes no acudieron, no querían saber nada de su decisión de hacerse
católica, o cristiana de ningún tipo.
Pero ella hoy declara estar muy contenta. Le encanta
participar en el coro. Es miembro de la Legión de María, y cada día reza el
rosario y la coronilla de la Divina Misericordia. Hoy es incluso voluntaria en
la librería de la Abadía de Quarr, donde por primera vez decidió hacerse
católica.
"Cada día empiezo la mañana con oración y doy gracias a
Dios de que vio una oveja perdida y la trajo a su rebaño", explica.