*Muchas Confesiones son nulas


Confesiones sacrílegas

La Misericordia de Dios no es solo grande sino que es infini­ta, pero esto no autoriza a ninguno a abusar de ella en un modo tan vergonzoso.

Es importante, hijo, y por eso te repito esta cosa: "¡No os volváis de administradores de la justicia divina, en cómpli­ces del demonio, de instrumentos de salvación, en instru­mentos de perdición!".
De Dios no se puede uno reír impunemente. Las palabras con las que Yo he instituido este medio de salvación, son de una cla­ridad inequívoca: Perdonar o retener los pecados.

No puede haber Confesión válida sin arrepentimiento sincero, no puede haber arrepentimiento sincero sin un se­rio y eficaz propósito de no querer pecar más.

Muchas Confesiones son nulas. Muchas son dos ve­ces sacrílegas. Quien se confiesa sin tener las disposiciones requeridas y quien absuelve sin cerciorarse que las requeridas dispo­siciones existan, profana el sacramento y comete un sacrilegio. 

Envilece este prodigioso medio de salvación, transmutándolo en medio de perdición, aquel sa­cerdote que se hace cómplice del malvado designio de Sa­tanás.  No busca a Dios ni el bien de las almas, sino se busca a sí mismo y es en verdad terrible anteponer a sí mismo a Dios.
—Entonces Señor...
Sí,  hijo mío, no estúpido rigor, sino rectitud y jus­ticia.
¿Porqué habría dicho a los Apóstoles y a sus suceso­res: "Andad, y a todos aquellos a quienes perdonareis los pecados les serán perdonados y a quienes se los retuviereis les serán retenidos?”  Es evidente que con estas palabras se les pide un serio y equilibrado juicio que no admi­te compromisos con ninguno, ni con la propia conciencia, ni con el penitente y mucho menos Conmigo.

Jesús a Ottavio Michelini

1975