*Os he dado las capacidades para que podáis salvar a infinidad de almas.




Si realmente vosotros os aplicarais en esta misión que tenéis en la Tierra, que es la de producir amor y salvar almas, haríais grandes adelantos y así éste mundo podría cambiar hacia el bien rápidamente.

Hijitos Míos, ciertamente estáis viendo mucha maldad a vuestro alrededor, pero estos son tiempos también de Bendición, os he dado las capacidades para que podáis salvar a infinidad de almas.  Para lograr el cambio en el mundo, debéis empezar en vosotros mismos. No podéis exigir a los demás lo que vosotros mismos no estáis dando.


Si cada uno de vosotros, realmente, tomara el papel espiritual que le corresponde, iríais cambiando en gran medida a este mundo. Recordad que la oración en la Comunión de los Santos se vuelve poderosísima y de esta forma vosotros podéis ayudar en la salvación a infinidad de almas, pero debéis empezar con vosotros mismos, al dar ejemplo de que Yo vivo en vosotros. Empezáis a ayudar a los que están a vuestro alrededor, primeramente en vuestro hogar y luego con aquellos con los cuales os movéis en la sociedad. Enseguida vuestra oración llegará a lugares alejados, recónditos, más tarde, vuestra oración de corazón, ayudará a las ánimas del Purgatorio a pasar al Reino de los Cielos.

Satanás os pone muchas tentaciones para que olvidéis vuestra misión sobre la Tierra y os aboquéis a vivir solamente con los bienes de este mundo, o con los placeres de este mundo, olvidándoos de vuestras obligaciones espirituales y para lo que fuisteis enviados a la Tierra, al Yo, daros el don de la vida. 

Aplicaos pues, Mis pequeños, a hacer lo que debéis hacer para vuestro bien y el de vuestros hermanos, sois Mi familia y debéis ayudar a vuestros hermanos a que se salven, o ¿acaso en vuestra familia terrena no ayudáis a vuestros hermanos en lo que necesitan?

Ciertamente hay familias que no se aman, pero en una familia en donde existe el amor, todos los hermanos se cuidan. Los padres primeramente han cuidado a los hijos y los hijos agradecidos también ayudarán a sus padres en su ancianidad.

Estáis viviendo momentos difíciles y todos os debéis unir en un solo corazón y en una sola finalidad: destruir el mal para sembrar el Bien que Mi Hijo os enseñó. 

Uníos pues en oración, uníos en vida espiritual y dejad que Mi Santo Espíritu os guíe, para que hagáis de este mundo, el vergel que ya debierais estar viviendo hace tiempo.

Gracias, Mis pequeños.

Dios Padre se manifiesta