Escribe hijo mío:
Muchas veces he lamentado la crisis de fe que contagia a mi Iglesia, del vértice a la base.
Mi Iglesia languidece, mi Iglesia sufre porque mis ministros están gravemente contagiados.
Cuando
el cuerpo no se alimenta, las fuerzas disminuyen; el cuerpo debilitado
no reacciona contra los enemigos que lo atacan y que, más o menos
lentamente, lo matan.
La lámpara no alimentada se apaga.
También la lámpara, no alimentada, de la fe se apaga y en el alma entonces se hace la oscuridad, se hace la noche.
Hasta el más pequeño hilo de hierba, incluso la flor si no son alimentadas, mueren pronto.
Ángel prisionero
¿Qué es el alma del cristiano sin fe?
¿Qué es el alma del sacerdote que no reza?
Es lo más frágil y vulnerable que existe.
Inmersa
en la oscuridad se pierde y es arrollada inexorablemente por la
concupiscencia del espíritu, o por la de los sentidos, frecuentemente
por una y por la otra.
Es el ángel encarcelado por Satanás en la podredumbre de los sentidos o en la impureza del espíritu, en el error y la herejía.
¿Qué cosa es el ama del sacerdote que está en crisis de fe por falta de vida interior?
Es el hañmerreír y el juguete de Satanás, quien desfoga sobre ella su odio, sus celos, ensuciándola con todas las porquerías, y de ella hace una esclava.
Es
la revancha desesperada de Satanás que vomita toda su baba venenosa
sobre esa pobre y desventurada alma, que no ha querido usar los medios
eficacísimos de defensa que Yo he puesto a su disposición.
Oxígeno del alma
El primer medio de defensa es la oración.
— la oración que eleva el alma hasta Dios.
— la oración que es la respiración del alma.
— la oración que es el oxigeno del alma.
— la oración que une el alma a Dios de un modo íntimo y profundo.
Cuando un alma se aferra fuertemente a Mí ¿quién la podrá arrancar de Mí, de mi Corazón?
El
alma que no reza es como un fruto agusanado: nadie advierte la
creciente podredumbre en su interior. Pero al final el fruto caerá a
tierra, y se sabe como terminan estos frutos: en el estercolero.
Yo,
Jesús Hijo de Dios, he rezado día y noche aun no teniendo necesidad. He
querido que a la enseñanza precediera el ejemplo; pero para muchísimos
cristianos y sacerdotes mi ejemplo no ha servido para nada.
Si
alguien se niega a comer no me puede imputar a Mí la disminución en él
de la fuerza física; si alguien se niega a orar no se me puede imputar a
Mí el que se apague en él toda energía espiritual. Quien no reza es
como un náufrago entre las olas tempestuosas de un mundo que no es de
Dios. Si no nada ¿cómo puede salvarse?
Un
número impresionante de sacerdotes que han dejado caer en el vacío mis
invitaciones a la oración ¿cómo podrán salvarse? ¿No advierten que su
febril actividad es estéril, que no está bendecida por Dios? Muchas
veces hasta es contraproducente.
Ya
no creen en los Sacramentales, de los que ya casi no hacen uso, salvo
siempre las excepciones; Viven fuera de la viva Realidad espiritual;
están como hipnotizados por el Maligno.
Jesús a Ottavio Michelini. 20 de noviembre de 1975