*El secreto de una familia organizada



Escrito por María Ester Roblero C. 24 Abril 2013
Para salvarse del caos y del estrés doméstico, un matrimonio de escritores estadounidenses propone en un reciente libro aplicar estrategias laborales para administrar y organizar el hogar. 

“¿Qué pasaría si les dijéramos que invertir sólo una hora a la semana en una reunión de trabajo familiar podría conducirlos a un mejor matrimonio y a un hogar más feliz?”, preguntan a sus lectores los autores del libro Family Inc, Caitlin y Andrew Friedman. Según ellos, la mayoría de las parejas discuten porque su casa se ha convertido en un espacio desorganizado, lleno de caos y estrés, sin darse cuenta que la solución está en aplicar en su administración los mismos criterios que en nuestros trabajos.

¡Después de la décima discusión por algo ridículo!
“Family Inc” fue publicado en diciembre de 2012. En él cuentan que un día, tras diez años de matrimonio, se encontraban discutiendo por décima vez sobre quién iría a comprar un regalo para la fiesta de cumpleaños a la que estaba invitado uno de sus hijos. “Como muchas familias hoy –escriben en su libro- habíamos llegado a estar dedicados a la supervivencia básica, centrados en cumplir con las exigencias del día a día, como la compra de almacén o el transporte escolar, sin poder dedicarnos a los temas más grandes e importantes, como disfrutar de nuestros hijos y de nosotros dos”. Fue entonces -cuentan- cuando comprendieron que por el bien de la salud mental de cada uno de ellos y por su relación familiar, debían idear una nueva forma de organizar su agenda, dividir responsabilidades y evitar que sus discusiones por asuntos prácticos terminaran siendo peleas emocionales.

Pero fue sólo unos días después, en un largo viaje en automóvil de regreso a su hogar, con sus dos hijos durmiendo en el asiento de atrás, cuando comenzaron a preguntarse por qué en sus trabajos lograban organizarse, hacer malabares con el tiempo y el presupuesto, y en su casa no. “En ese viaje de regreso, comenzamos decidir quién haría qué y cuándo. Al llegar a casa, Caitlin arrancó dos hojas de papel de su cuaderno y nos repartimos la tareas pendientes”. Una semana más tarde –escriben- comprobaron que esa simple división de actividades había bajando en forma notoria su estrés y a la vez, había aumentado su unión y sentido de equipo. “Entonces pensamos: ¿Por qué no ir un paso más allá? ¿Por qué no aplicar otras estrategias de organización laboral a nuestra casa? Así lo hicimos”. El libro “Family Inc” es el fruto de esa experiencia y de las decisiones que acordaron.

ALGUNOS CONSEJOS…
1. Tener una reunión semanal
De todos los cambios implementados por los Friedman para organizarse mejor, la “reunión semanal” fue la más fácil de implementar y la que dio mayores frutos en el corto plazo. Acá los autores proponen reunirse sólo 30 minutos para hacer un listado de tareas considerando el corto y mediano plazo, para luego asignar roles y responsabilidades. Esto –dicen- ahorra muchas discusiones y malentendidos posteriores. En ese período de tiempo se cubre desde el pago de cuentas, hasta las citas con el dentista, las reuniones escolares, el cuidado del presupuesto o la planificación de las próximas vacaciones.
“Cuando tengan su primera reunión –advierten estos escritores- estén preparados para comenzar con una enorme lista de tareas pendientes que permitirán recordar los puestos de trabajo para cubrir lo que hay que hacer en la casa y la familia, ya sea a diario, semanal, mensual o anual.

2. Crear un calendario compartido en el PC
Un calendario compartido en el computador es una buena idea -recomiendan los Friedman-, pues así ambos pueden ver la misma página y discutir los compromisos que van surgiendo. Enumeran varios ejemplos: si queda anotada la cita al médico o la reunión de padres, y surge un compromiso de trabajo de alguno, el otro ya sabe de antemano que debe suplirlo. Incluso en este calendario se puede anotar el paseo de curso de un hijo, un hecho que significa comprar un saco de dormir, o un cumpleaños, que implica llevar un regalo, o incluso programar una ida al cine, que requiere conseguir con quién dejar a los niños. Con gran realismo, los Friedman recomiendan anotar en este calendario los eventos escolares extra-programáticos, ya que éstos a menudo requieren organizar con anticipación turnos con otros padres. Una verdadera solución dado que todo va quedando registrado en el calendario Google de la familia.

3. Mantener la mística en el equipo

Anotar: Uno debe estar a cargo de tomar notas durante la reunión semanal y luego enviar por mail el listado de tareas con el responsable de cada una.
Distribuir bien: Para que esto funcione –dicen los Friedman- hay que partir de la base que es imposible que los dos hagan lo mismo, siempre juntos y en forma conjunta. Eso no es realista y además termina convirtiéndose en que nadie es responsable de nada en particular. En un hogar es mejor repartir pensando en qué le gusta más hacer a cada uno y para qué se tiene más aptitudes.
Priorizar: Anoten en la lista sólo aquellas tareas que pueden llevarse a cabo dentro de la semana. Los Friedman muestran cómo han hecho sus propias listas semanales con “grupos de tareas”:

a) Llamadas telefónicas: para hacer citas, reservas, reclamos y compras por teléfono.
b) Por mano: paquetes para llevar al correo, la tintorería, cuentas, tiendas, etc.
c) Compras: comida, regalos, ferretería. d) Niños: dentista, cumpleaños, reunión escolar.
¿Quién hace qué?
En una empresa o equipo laboral se entiende que las personas trabajan más a gusto cuando se les asignan funciones relacionadas con sus talentos o intereses. Si se aplica este mismo criterio a la familia y al hogar, los Friedman recomiendan:

a) Organizar: Pagar cuentas, ordenar closet, armar archivadores con recibos de cuentas.
b) Conectar: Pedir horas al doctor, encargarte de los servicios técnicos y maestros que trabajan en la mantención de luz, agua, etc.. También de coordinar los encuentros sociales de la familia.
c) Conducir: Llevar la ropa a la tintorería, ir a buscar niños a clases particulares.
d) Vitrinear: Selección y compra de regalos, la ropa de los niños y la compra del supermercado.

 “Confíen en nosotros –dicen los Friedman-, estas reuniones se vuelven más rápidas con la práctica. Y para nosotros desaparecieron todas las discusiones. El resultado: una vida en común que es más manejable, relajada y propicia para los buenos tiempos. 

¿Cómo y cuándo integrar a los niños a esta “compañía” familiar?
 3 a 5 años:
• Guardar los juguetes.
• Colocar la ropa sucia en el canasto.
• Poner la mesa (que pase los tenedores).
6 a 8 años:
• Colgar la parka y la mochila en su lugar.
• Lustrar los zapatos.
• Alimentar a los animales domésticos.
• Ordenar el baño después de una ducha.
• Hacer la cama.
9 a 12 años:
• Doblar y guardar la ropa.
• Preparar su termo de almuerzo.
• Ayudar a poner la mesa.
• Sacar la basura.
• Vaciar el lavavajillas.

¿Quiénes son?


Caitlin y Andrew Friedman están casados. Son padres de mellizos y viven en Brooklyn, NY. Ambos son escritores y trabajan además en relaciones públicas y marketing. Caitlin ha escrito una serie de libros de gran éxito dedicados a las mujeres recién casadas, uno de ellos: “Feliz en el trabajo, feliz en casa”, donde aboga por la flexibilidad laboral.