Sep 2013 – Jesús nos dice que no nos alarmemos cuando el arca y el altar sean retirados de entre nosotros. Cuando esto suceda estará cerca el día de la misericordia de Dios. Todas estas cosas nos han sido reveladas en la Sagrada Escritura. Por lo tanto, no tengamos miedo. Ofrezcamos todo lo que podamos delante de la Divina Voluntad. El gran día de la misericordia está cerca pero, si no rezamos, muchos perecerán. Llevemos almas al Señor. Démosle todo lo nuestro. Él está cerca del que piensa en los demás.
"Queridos hijos, ¿qué debo hacer para que os volváis a Mí con todo vuestro corazón? Mis regalos son rechazados; mis preceptos son ridiculizados. ¿Cuánto tiempo tengo que aguantar a esta generación infiel? Sin embargo, mi justa ira se aplaca por el poco esfuerzo de los que ofrecen reparación. No eis importancia a la pequeñez de vuestro ofrecimiento, pero dádmelo envuelto en las heridas de Jesús y el amor de mi Madre.
Hijos míos, muchas veces el pecado ha comprado la aniquilación del mundo. Es sólo a causa del bien de aquellos que tratan de consolarme, esas pequeñas almas que me quieren y se aferran a Mí, sólo por su causa he cedido en impedir que el pecado destruya la tierra por completo. Vosotros habéis visto cómo la unidad en la oración y el ayuno, sobre todo cuando ha sido dirigido por mi siervo, el Santo Padre, puede cambiar el curso de los acontecimientos mundiales e incluso las leyes de la naturaleza. Entonces no dudéis, y corred por el camino de la unidad y la fidelidad.
Estad en paz, mis queridos hijos. Que mi cercanía sea su único consuelo. "