Hijos
Míos, Soy Jesús de Nazaret quien os habla, vuestro Redentor y Maestro.
Cuántos de vosotros habéis querido desear vivir en tiempos de Mí vida terrenal para seguirme, y Yo hubiera querido que así fuera. Pero el tiempo no ha permitido que pudiera ser porque las épocas se van sucediendo por años y ciclos y a cada alma le toca vivir en una determinada etapa, aunque hijos, para Mí todo el tiempo es presente. Yo, Jesús, os hablo.
Cuántos de vosotros habéis querido desear vivir en tiempos de Mí vida terrenal para seguirme, y Yo hubiera querido que así fuera. Pero el tiempo no ha permitido que pudiera ser porque las épocas se van sucediendo por años y ciclos y a cada alma le toca vivir en una determinada etapa, aunque hijos, para Mí todo el tiempo es presente. Yo, Jesús, os hablo.
No
importa, queridos Míos, que estéis a dos mil siglos de Mí nacimiento,
no importa, porque Yo os veo a todos desde el principio de la Humanidad
hasta el final y os veo en presente, por eso os digo, aquel que le
hubiera gustado seguirme en Mis peregrinaciones apostólicas, que venga
místicamente y se una a ellas, porque Yo lo miraré con amor. Aquel que
hubiera querido unirse a los pastorcillos para adorarme, que lo haga
espiritualmente, que Yo lo tendré presente. Aquel que hubiera querido
consolarme en Getsemaní velando una hora Conmigo, que lo haga ante el
Sagrario y se una espiritualmente a esa terrible hora de Getsemaní y Me
acompañe, porque aunque para vosotros todo será espiritualmente, para Mí
será como si de verdad estuvierais a Mi lado. Yo, Jesús, os hablo.
No
todos pudisteis vivir en Mí vida terrenal y desde luego que muchos
hubierais sido grandes santos yendo tras de Mí, pero hijos, haced lo que
os digo y acompañadme en todos Mis pasos desde vuestro tiempo y así Me
consolareis de tanta inmundicia que hay en el mundo y, de lo ignorado y
atacado que Soy por ser el Hijo de Dios Altísimo, que muchos no quieren
nada Conmigo y Me atacan y odian como si Yo les hubiera hecho algún mal.
Yo, Jesús, os hablo.
Mi
Santa Madre está con todos vosotros, pendiente de vuestras peticiones,
de vuestras lágrimas y problemas. Ella no os habla con vuestro lenguaje
porque debéis de vivir de la fe y creer que es así, pero Ella es muy
sensible a vuestros sufrimientos y os abraza también místicamente y está
deseando de recibiros a muchos de vosotros en las moradas celestiales,
donde veréis claramente sin la venda de la fe lo que fue Ella para
vosotros en vuestra vida y como en muchas ocasiones os solucionó
problemas que no supisteis ver que fue Su santa mano quien lo hizo. Yo,
Jesús, os hablo.
Uníos
a nosotros pasando las fronteras del tiempo, no importa que estéis a
dos mil años de distancia, para el Cielo no hay ni espacio, ni tiempo,
todo es presente, y si queréis vivir con Mí Santa Madre el misterio de
Mí nacimiento, Ella os lo agradecerá. Yo, Jesús, vuestro Hermano divino,
os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel leyendo este mensaje lo pone
en práctica.
Del libro "Dadme de beber"
Enero 2013