*Un caso de la vida real

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Había decidido tomado el bus para llegar, aunque estando sana podría haber ido caminando, sólo son dos paradas; pero ahora no puedo abusar de mi colostomía en fecha tan próxima a la siguiente operación seria que han de practicarme dentro de un mes.Precisamente había pedido el día de hoy y mañana, de mis vacaciones, para poder recuperar fuerza y descansar del ajetreo diario.
Pero el bus no llegaba, ahora es verano y espacían la frecuencia de paso, además había visto cómo se iba el anterior antes de llegar. Aún había tiempo, pero no quería llegar tarde a la iglesia y la espera aceleraba mis nervios.


La mejor solución sería que tomara un taxi, tampoco iba a ser mucho importe -pensé- aunque al punto me arrepentí de haberme jactado de "tener para ello" pues
ya siendo las postrimerías del mes, no hay para repartir ni hacer lujos.
Pero ¿qué otra cosa podía hacer, volver de nuevo a casa pasada la hora de la eucaristía y no poder asistir?


Decidido, tomaría un taxi y ahora que lo pienso, qué curioso ¿Porqué tomé éste y no el primero que paso libre? Está clarísimo que todo está determinado milimétricamente, cada segundo y milésimas de nuestra vida
Le dije al taxista la dirección qu él no conocía, pero eso no era problema, yo le indicaría...el problema vendría después.


Abro el bolso y me doy cuenta de que no llevo el monedero, oh Dios, lo había necesitado sacar anoche para anotar unos datos y al salir me olvidé de cogerlo. El taxímetro marcaba la bajada de bandera, le dije
-Pues...no, déjeme aquí porque me he olvidado el monedero y no tengo para pagarle!-Pero...¿no tiene ni los 2.30?
Dije: -lo siento, cuánto lo siento, no tengo...Y sin pensarlo demasiado, detenido ante el semáforo en rojo, el taxista dijo:
-Bueno...No importa ¡la llevaré!Y acto seguido dijo:
-¿No tiene alguna otra cosa?
-Pues...tengo un rosario bendecido, no se si le servirá...
No tardó ni 5 segundos en decirme:
-Pues sí, mire...¡falta me hace, porque en casa estamos..!

Puse mi mano en la suya para darle el rosario y enseguida dijo:
-Ufff...mire! El vello erizado se me ha puesto..! Muchas gracias.
Y yo:
-Al contrario, muchas gracias a usted..!


Y empezó a contarme su historia, la lucha diaria de trabajar con el taxi quedándose toda la noche para sacar cuando más 40 €, porque tiene que reunir 700 antes de no sé que fecha y si no los tiene perderá su casa.
Para colmo, así hablando como estábamos, se pasó de calle y al decírselo, su magnanimidad le hizo alegar "No se preocupe, damos la vuelta"
Le indiqué otra calle para no dar la vuelta y dónde dejarme para tener sólo que cruzar, le dije:
-¿Ve usted? Aquí es, ya cruzo yo...
Se volvió para mirar donde era y acto seguido me miró a mí y bajando algo las gafas dijo:
-Muchísimas gracias...
-A usted, qué amable...rezaré! Y a ver si nos vemos otro día...

Qué cortedad, qué poco alcance el mío, porque ahora me doy cuenta que pude pensar:
 "¿Por qué no le pediste un teléfono? ¿O tomar la licencia del taxi? ¿Decirle que mañana te recogiera de nuevo?"
Nada de eso hice y recapacité también, pero después, cuando ya se había ido..!

En la iglesia aún me quedó tiempo y cruzando hacia ella llena de emoción dije "Dios, ¡eres inmenso! perdóname cuando te he dicho que no eres tangible, que necesito a veces que estuvieras físicamente para tocarte, porque hoy te he tocado, he puesto mi mano en la tuya y sin merecimiento alguno me has dicho -¡Muchas gracias!"

Ni que decir tengo que por mi parte la eucaristía fue para ese hombre...no tengo su dirección ni ninguna pista para localizarle pero Dios sí la tiene, El sabe todo y lo puede todo. El tiene recursos para todas nuestras situaciones, ninguna de ellas es mísera para El.
El Señor es nuestro auxilio, si en sus manos ponemos nuestra causa. me puso alas para volver, me encontré con una conocida a la que conté lo ocurrido. 


Ahora transcribo con emoción el salmo responsorial de hoy:
TE ALABARÉ POR SIEMPRE, SEÑOR, MI DIOS, MI REY!!