*Jesús habla de la tragedia de Filipinas

13 de Noviembre de 2013 grupo encuentro de los dos corazones de Jesus y de Maria. Madrid.

Jesús:

(Tras la canción” Te amo Rey”) Gracias, gracias, gracias…por esta canción que sabéis es Mi delicia, cuando los hijos aman al Rey en su corazón…


Y vosotros (había 2 sacerdotes entre nosotros): sacerdotes ministeriales que hoy estáis aquí, el Corazón de vuestro Dios se alegra, porque vosotros, y os lo prometo ¡seréis testigos de vuestro Dios! seréis testigos ante las gentes.
Hijos, que moráis a pesar de vuestras debilidades en Nuestros Corazones, el Amor de la Madre por vosotros y el Mío cubren vuestros defectos, vuestros pecados para gloria de Dios, por el honor de su Nombre.


Y vosotros todos, os quiero inmolados por Mí. No os asustéis… veo cómo se encoje algún corazón cuando hablo de inmolación, pero ¿no os he dicho a todos que sois altares? ¿No sois todos sacerdotes, unos ministeriales y otros no? ¿No sois todos Míos? Os quiero inmolados en el Amor hijos.


Hijos, vosotros con los sacerdotes ¡ofrecedme! ¡Ofrecedme en inmolación con Amor! unidos a toda la Iglesia: ofrecedme al Padre, ofreced Mi Cuerpo, ofreced Mi Sangre, ofreced Mi Alma, ofreced Mi Divinidad, ofreced Mi Humanidad, ¡ofreced! y vosotros ofrecidos conmigo para la salvación de las almas, en Amor hijos, en Amor, todo en Amor altares Míos, altares que os he dicho que sois.


Hijos ¿no rezáis tantas veces el Rosario de la Misericordia? y no os habéis parado a pensar, rezándolo de una manera vana, lo que estáis haciendo hijos… ¡Oh hijos! el Dios que lleváis dentro de vosotros: a Jesús ¡inmoladlo en amor por toda la Iglesia al Padre, con el Padre, con la Madre, hijos, para ser redentores conmigo, o sea: ¡corredentores! o sea: ¡participes! con vuestro Dios, de vuestro Dios, hijos.


¡Oh pequeños! ¡Grandes cosas, si os dejáis, grandes cosas quiero hacer con vosotros pequeños! Sí, elevándoos a grandes grados de santidad, como lo he hecho con alguno de Mis hijos, porque en la santidad, como en todo, hay grados.


Vosotros hijos, tened la misma voluntad que tiene el Padre. ¿Qué quiere decir hijos?: que si el Padre os quiere inmolar, vosotros: “Sí”, que lo que quiera hacer el Padre con vosotros… vosotros: “Sí”; vosotros hijos ¡mártires por Mí! que no quiere decir, hijos, que seáis mártires de sangre, pequeños, cada día tiene su tribulación, cada momento… Hijos, lo estáis viendo en la tragedia para vosotros, que ha sucedido en Filipinas, pero Yo tengo Mis planes, como os dije hace tantos años y quizás no recordéis ¿Cuántas almas han subido al Cielo hijos? ¿cuántas se han acercado a Mi a través de esta tragedia? ¿Cuántos han vuelto a mirarme? ¡Cuántos…! que estaban alejados en una vida de pecado. Hijos, los planes de Dios vosotros no los entendéis.


¡Oh pequeños, pequeños altares, pequeños hijos, pequeños amados! ¡Si Yo, pequeños… quiero fundirme con vosotros! Hijos: La unión, la unión, trasvasarme en vosotros hijos, para que seáis testigos de un Dios vivo, de un Dios resucitado… poco a poco, todo tiene su momento y los planes de Dios se van haciendo así hijos, sin prisas, solamente vuestra voluntad, solamente vuestro amor, pequeños, porque es cierto que os quiero enamorar a todos, enamorar, hijos, porque como os dije (anterior mensaje): “el que ama cumple la ley entera” (cita).


¡Oh Mis pequeños que estáis en Nuestro Corazón, oh Mis pequeños..! ¡qué gracias vais a ver! y no solamente para vosotros, sino alrededor de vosotros, en vuestra familias, en vuestros amigos y conocidos.
Oh pequeños ¡qué planes tiene Dios, qué grandeza pequeños! El Espíritu Santo derrama con manos llenas para vosotros pequeños: fuego, fuego que os ilumina, fuego que os inunda, fuego para calentaros, hijos, para que seáis esas teas ardientes que os he dicho, para bien de las almas.


Oh pequeños, Mis pequeños hijos: la Paz, el Amor, sean con todos vosotros, hijos.
Y Yo me paseo aquí, una vez más, bendiciendo hijos, dando una caricia al que lo necesite, caricia de fortaleza, abrazo de Amor, fuerza de Espíritu Santo, pequeños, para que vayáis hijos… y que esa caricia, que ese abrazo de fortaleza sea Paz, Paz en vuestro corazón, Amor y lo trasmitáis a los demás con esa misma Paz, con ese mismo Amor, contagiando a las almas en Dios, con Dios, para Dios, todo en Mí, conmigo.


Hijos, vosotros estáis tomados en Mis manos, apretados dentro de Mí, pequeños; vosotros os alimentáis nada más que de las aguas que Yo os doy como quise dar a la samaritana hijos. Vosotros: vosotros aguas vivas, vosotros aguas de Dios, inundados de Espíritu Santo, protegidos por la Madre, hijos ¡benditos seáis!


¡Tantos Ángeles, tantos Arcángeles a vuestro lado, hijos, aquí, cuidando, protegiendo las almas, pequeños Míos.


¿Qué le queda a Dios por decir a las almas que ama, a las almas predilectas? ¿qué le queda a Dios? nada más que como fuego penetra e inunda, hijos, para que me sintáis, para que sepáis siempre y ante todo embate maligno y ante cada tribulación que Yo estoy ahí con vosotros, fortaleciendo, amando, como solo un Dios sabe amar hijos.
Solamente Yo en vuestra vida, solamente la Trinidad en vuestra vida.
Hijos ¡contáis con tantas ayudas, con tantas que os he puesto! tenéis a Mi Madre que es la vuestra, tenéis a Mi Padre en la tierra (S. José), tenéis a tantos y tantos santos que interceden por vosotros. ¡Oh hijos nada os va a faltar! ¡ah…! porque me tenéis a Mí, nada os va a faltar. ¡Benditos seáis hijos!


Tomo vuestro pecado, tomo vuestra debilidad, tomo todo lo que os separa de Mí hijos, lo limpio, lo pulo, hijos, puros sois, puros en Mi Amor. ¡Benditos seáis! con vuestra alma limpia, que no quiere decir que no tengáis que confesaros, con vuestro corazón, con más Paz, con más Amor hijos y con la Cruz hijos que es Mi bendición.
¡Id, id Pequeños! id por el mundo en Mi nombre, con Mi nombre, en el nombre de la Trinidad.


Os bendigo como el Padre bendice, hijos, en Mi Amor, y en el Amor del Espíritu Santo que os llena de dones, de gracias fortaleciéndoos, hijos.
La Paz sea con vosotros y en vosotros. Amén, amen, amén.


Espacio de Angélica