UN ESCAPE DE UN ASALTO
El Padre Luis Manaci, un celoso misionero, tenía gran devoción a las
Almas del Purgatorio. Se encontró una vez realizando un viaje peligroso,
pero con mucha confianza pidió a las Animas Benditas que lo protegieran
de los peligros que se iría encontrando. Su camino bordeaba una zona
desértica, en la cual se sabía que estaba infestada de peligrosas
gavillas.
Cuando se encontraba rezando el Santo Rosario por las Almas, cuál no fue
su sorpresa, de verse rodeado de una custodia de espíritus benditos.
Pronto el descubrió la razón. Había pasado por una emboscada, pero las
Santas Almas lo rodearon y lo taparon, tornándolo invisible para los
miserables que buscaban su vida. Lo acompañaron hasta que estuvo seguro y
fuera de peligro.
VOLVER A LA VIDA
El Prior de Cirfontaines nos cuenta su historia:" Un joven de mi
parroquia cayó enfermo de fiebre tifoidea. Sus padres vencidos por la
pena y me pidieron que lo encomendara a las oraciones de los miembros de
la Asociacion de Santas Almas. Era un sábado. El chico estaba a las
puertas de la muerte. Los doctores probaron todos los recursos, todos
los remedios. Fue en vano. No podían hallar nada para mejorarlo.
Yo era el unico que tenía esperanzas. Sabía del poder de las Santas
Almas pues había visto lo que podían hacer. El domingo rogué a los
Asociados de las Santas Almas para que rogaran fervientemente por
nuestro amigo enfermo. El lunes el peligro había pasado. El muchacho
estaba curado".