*No os dais cuenta el poder que tenéis sobre Mí

Mensaje de abril 2012, Dios Padre a Javier Vieca, México


 
Hijitos Míos, cuando Yo os hablo, cuando Yo os guío, cuando Yo os llevo en lo profundo de Mi Corazón, para que vosotros trabajéis por Mí, no debe haber duda en vuestro corazón, no debe haber duda en que es Mi Presencia, en que es Mi Vida en vosotros.

  Primeramente, para que vosotros estéis seguros de lo que estáis recibiendo de Mí, vuestro Dios, es la paz que habrá en vuestro corazón y ésa paz os asegurará que Yo estoy Presente.

Mis pequeños, Conmigo, con vuestro Dios, no debe haber ningún tipo de duda, porque Yo Vivo en la Verdad. Vosotros dudáis, porque estáis rodeados de mentira, no entendéis todavía lo que es Mi Presencia en la vida del hombre. ¿Por qué dudáis?, porque a lo largo de vuestra existencia, satanás os ha atacado tanto, que sufrís con las mentiras, con la maldad con la que os ataca satanás a través de hermanos vuestros. 

Cuando Yo estoy con vosotros, vosotros debéis estar alegres, y es porque ésa alegría se desarrollará por la paz que, primeramente, tendréis en vuestro corazón. Agradeceréis grandemente el ser escogidos como hijos Míos pero, también, sabréis que tenéis un compromiso porque, al ser escogidos, deberéis mantener ésa paz y ésa alegría con vosotros y eso Yo se lo pedí, primeramente, a través de Mi Hijo, a los apóstoles y a todos aquellos primeros cristianos que recibieron el Mensaje de Mi Hijo y lo llevaron a cabo en su vida. 

Se les reconocía a ésos primeros cristianos por la alegría que irradiaban, pero es una alegría Divina, Mis pequeños, es una alegría que los envuelve, que la gozan y transmiten. Cuando hay verdad en vuestra vida, en vuestras palabras, en vuestros hechos, es cuando vosotros debéis voltear hacia Mí, primeramente reconocer que vuestra vida se está llevando a cabo en esa forma porque Me dejasteis entrar a vuestro corazón. 

No os imagináis, Mis pequeños, el gozo que Me dais, vosotros, pequeñitas creaturas, cuando Me hacéis feliz a Mí, vuestro Dios Omnipotente, Inmenso, con vuestros pequeños actos, pero sobre todo, con vuestra confianza plena en Mí.

Cuando vivís en la Verdad, cuando vivís en la alegría, Me dais un gran gusto, como el gusto que le dan los pequeños hijos a sus padres, porque ellos saben que el hijo está confiando plenamente en ellos y además, que le aman inmensamente. El padre goza con el abrazo del hijo, pequeñito, que ya reconoce de sus padres, ésa protección inmensa que viene de ellos.

Mis pequeños, Yo quiero que vosotros tengáis ésa seguridad de que os podáis abandonar plenamente a Mis Brazos, a Mi Voluntad a lo que Yo quiera para vosotros, porque siempre se va a desarrollar en el Amor. Yo no creo a un alma ni le doy vida a una persona para que viva sobre la Tierra, para llevarla hacia el mal. Ciertamente, el mal os rodea y estáis en la Tierra para producir amor, ciertamente sufriréis, porque hasta Mi Hijo sufrió por llevaros Mi Amor, pero siempre, al estar Conmigo, aún a pesar de que sufrís, gozáis, porque estáis haciendo Mi Voluntad.

Mis pequeños, Yo quiero que os envolváis en Mi Amor y cuando lo hagáis, reconoceréis Mis Potencias, Mi Amor Infinito sobre vosotros, Mis Cuidados Celestiales para con vosotros, los vuestros y todos aquellos por los cuales oráis. Cuando un alma está plenamente Conmigo, ésa alma puede hacer grandes milagros, que son Mis Milagros, pero que vosotros, en confianza, Me pedís y Yo los realizo, porque os amo, porque vosotros amáis a aquellos por quienes vosotros pedís.

¿Os dais cuenta, Mis pequeños, el poder que tenéis sobre Mí, cuando vivís en el Amor, cuando Me pedís con confianza? Yo no puedo negar nada a un alma cuando se acerca a Mí y en confianza Me pide por los demás, no pide por sí misma, simplemente se abandona a Mis Brazos, se abandona hacia Mi Amor y pide por sus hermanos, porque reconoce que ellos necesitan de Mi Vida. Dadles Vida a vuestros hermanos, ayudadles en lo que podáis y tomad de Mí todo lo que necesitéis para darles a vuestros hermanos Mi Vida y con ello alegraréis Mi Vida, Mis pequeños. Yo os Bendigo y quiero estar siempre con vosotros. 

Gracias, Mis pequeños.