*2 niños que resucitaron por la oración

Celda de sta Teresa
Se narra en la autobiografía de  Santa Teresa de Ávila que ella misma que un día de 1561 uno de sus sobrinos de cuatro años de edad “dio un traspiés y cayó y quedó como muerto. "Yo acudí corriendo...me llevé al niño y me encerré con él en una habitación, recé, le di respiración boca a boca, y después de media hora salí llevándolo de la mano, totalmente restablecido” (Ávila, 123). “Cuando el niño Gonzalo creció y tenía dieciocho años me dijo un día: ‘-Tía Teresa tiene obligación de pedir a Dios que cuando yo me muera me lleve al cielo, porque cuando yo de niñito de cuatro años me iba a ir al cielo, sumerced me lo impidió’” (Ávila, 124). 
 
Otro testimonio de resurreción más cercana al siglo XXI es la resurreción de un niño de unos 15 años que se había muerto sin confesar un pecado mortal. Al llegar San Juan Bosco, sacerdote que practicaba severamente la mortificación y penitencia, obtuvo de Dios el poder de resucitar al niño. 

Cuando él resucitó le dijo a San Juan Bosco y a sus padres que ya estaba a punto de caer en el infierno pero que sintió que la Virgen María lo libraba porque le había rezado muchas veces en la vida. Después de confesarse, San Juan Bosco le dio la absolución de sus pecados y “el joven volvió a quedar muerto pero con la feliz seguridad de que su alma estaba salvada para siempre” (Novena, 88).

Extracto de In Verso, de Flor L. López