Mensaje de la Santísima Virgen María a Javier Viesca, México, dic 2013.
PedídMelo, Mis pequeños, para que Yo
os prepare, para que en éste Aniversario de Su Nacimiento, pueda nacer
en vosotros y gocéis los éxtasis de Amor, que Yo, vuestra Madre,
Maestra y Guía, tuve y sigo recordando con tanto Amor.
Hijitos Míos, os voy a hablar de la alegría del momento de la Anunciación, Mis pequeños. Ciertamente fui preparada por la Santísima Trinidad para ser la Madre del Salvador, ciertamente se Me dio una Creación especial, Inmaculada, Santa, Bellísima en cuerpo y alma.
Ciertamente fui creada para ser el
medio por el cual, Mi Hijo, el Salvador, vendría al Mundo. Mi Ser,
desde Mi Nacimiento, estaba lleno de Mi Señor. Tantas bellezas, tantas
Virtudes, la Llena de Gracia.
Mis pequeños, ¡cuánto se derramó Mi
Señor en Mí!, ¡Cuánto Amor! Y tenía que ser Perfecta por Su Gracia,
porque, de Mí, tenía que nacer el Perfecto, el Santo de los Santos.
Yo, Su Sierva y ahora, Su Madre, Le iba a alimentar, iba a vivir en Mí.
Una madre da vida al hijo de sus entrañas, pero aquí, era Mi Dios, Mi Creador, el que, al Vivir en Mí, Me daba Vida, Me daba Gozo, un Gozo incomparable, bellísimo, Santísimo. Yo
Le alimentaba en Su Cuerpo, Él Me alimentaba en Mi Alma, era un
éxtasis amoroso, Mi Dios en Mí, Mi Señor, Mi Creador y ahora, el
Salvador.
La Promesa del Padre realizándose en Mí, Su
Sierva, Su Esclava. ¡Cuánto Amor derramó en Mí, Mi Señor y Mi Dios!
¡Pero qué regalo tan grande!, de ser quien Le cuidara, Le alimentara,
Le enseñara a ser un Pequeño Niño en el Mundo y, ayudarLe a crecer en
humildad, para presentarse después ante los hombres como un
Dios-Hombre.
Mis pequeños, ésta vida que Me regaló
Nuestro Dios, éste éxtasis de Amor, es un regalo inmenso, no hay nada
comparable, escoger a ésta Su Sierva, para llevar en Su Vientre al Dios
Hecho Hombre.
¡Cuánto aprendí de Él! ¡Cuánto gocé de Él! ¡Cuánta Vida Me dio! Os quiero compartir éste gozo, Mis pequeños y os
quiero preparar también, para que vosotros abráis vuestro corazón,
para que Mi Hijo, vuestro Dios y Salvador también pueda Vivir en
vosotros.
PedídMelo, Mis pequeños, para que Yo os prepare, para que en éste Aniversario de Su Nacimiento, pueda nacer en vosotros
y gocéis los éxtasis de Amor, que Yo, vuestra Madre, Maestra y Guía,
tuve y sigo recordando con tanto Amor. Estas delicadezas de Nuestro
Dios, son tan grandes, tan delicadas, que uno pasa toda la eternidad
agradeciendo a Nuestro Dios y Creador por Sus Bendiciones.
DejadMe pues, Mis pequeños, que os
prepare, para que vosotros, siendo Mis hijos, podáis gozar también las
bellezas con las que Nuestro Dios os quiere regalar y así empecéis a
gozar el Cielo en la Tierra, como Yo lo gocé y lo gozaré en cada uno de
vosotros, cuando Mi Hijo se Encarne en vuestro corazón.
Gracias, Mis pequeños.