(...)Mi
gran Amor Me ha llevado a daros la Gracia, a través de vuestra Madre
Santísima, de regalaros el Santo Rosario. Después de la Sagrada
Eucaristía, el rezo del Santo Rosario ocupa un lugar grandísimo en
Nuestro Corazón. Es a través del rezo del Santo Rosario y a la devoción
de Mi Hija, la Siempre Virgen María, que una gran mayoría de los
santos que conocéis, alcanzaron ésa santidad que poseen.
Es a través del
rezo del Santo Rosario que se han obtenido Gracias inmensas para
pueblos enteros y aún para toda la humanidad. Es a través del rezo del
Santo Rosario, que el Cielo se ha acercado a la Tierra y así, con la
ayuda de su rezo, la Tierra se va a purificar.
No podéis apartar la devoción, el amor grandísimo
que le tenéis a Mi Hija Santísima, con el rezo del Santo Rosario.
Aquellos que han sido llamados a ser Mis hijos consentidos, Mis hijos en
los cuáles Yo puedo confiar más íntimamente, han venido a través del
Corazón de Mi Hija Santísima y por consiguiente, a través del rezo de
Santo Rosario.
Es tan poderoso su rezo, que será a través de él,
que el maligno será vencido y luego encadenado. Es a través del rezo del
Santo Rosario, máximo exponente de la oración, el que muchos de los
acontecimientos adversos a la humanidad, se van a aminorar ó a cancelar.
Es a través del rezo y devoción al Santo Rosario, que una gran
cantidad de las almas actuales sobre la Tierra, se van a santificar. Es
a través del amor al Santo Rosario, que llegaréis a alcanzar al Sumo y
Eterno Amor, para toda la Eternidad.
El rezo del Santo Rosario es la oración más completa
que existe. Sacrificáis vuestro tiempo en su rezo, para dármeLo a Mí, a
través de Mi Hija. Hacéis penitencia al rezarlo de rodillas y con toda
delicadeza y amor. Ayunáis a vuestras bajas pasiones, al permitir que
sea vuestra alma la que ore en vosotros y así detenéis y obstruís, con
vuestra concentración amorosa, las acechanzas del enemigo.
Ofrecéis
holocausto divino, al nombrar varias veces, con amor y respeto, Mi
Nombre y el de Mi Hija. Crecéis espiritualmente, con la ayuda de Mi
Santo Espíritu, al meditar cada uno de los Misterios del Santo Rosario.
Os volvéis corredentores con Mi Hijo, al acompañarLo y viviendo, cada
uno de Sus Momentos, en los Misterios que rezáis. Me agradecéis
profundamente las Gracias que recibís, al daros cuenta del regalo tan
grande que habéis obtenido por la vida que os concedí y por todos los
méritos de Mi Hijo Jesucristo y de Mi Hija, la Virgen María, para
vuestra salvación y para vuestra Gloria Eterna.
Vivís momentos místicos durante su rezo, ya que
cuando lo rezáis unidos al Cielo, al Purgatorio y con vuestros hermanos
sobre la Tierra, Yo estoy en medio de todos vosotros y si Yo estoy con
vosotros, Mi Vida está con vosotros y me manifiesto en vosotros y a
vosotros en múltiples formas, como muchos lo habéis constatado.
El rezo del Santo Rosario os envuelve de Cielo aún en la Tierra.
Hijitos Míos, os he dado un gran poder que no debéis
desperdiciar, un gran poder al alcance de todas las edades y de todas
las condiciones sociales, un gran poder que os alcanzará el triunfo
final, si lo usáis con respeto, amor y confianza, el poder de la
oración y el del rezo del Santo Rosario.
Uníos fervientemente a Mi Hija, la Siempre Virgen
María, para que apoyados en vuestra Madre, salvéis al Mundo, que ahora
parece estar más en manos de Mi enemigo, que en Mis Manos.
Vuestra oración sincera, humilde, amorosa, hará
arder Mi Corazón en Misericordia y sus frutos de protección y de
Salvación para todas las almas, los podréis ver de inmediato.
Confiad en Mí, confiad en Mi Amor, confiad en Mi Misericordia, confiad en el poder de la oración.
Yo os bendigo en Mi Santísimo Nombre de Eterno Dios
de Amor, en el de Mi Hijo Jesucristo, donación perfecta en el Amor, en
el de Mi Santo Espíritu, Voz y Guía del Amor y en el de Mi Santísima
Hija, la Siempre Virgen María, donación perfecta al Amor.