*Rezando el Rosario sois envueltos por el Cielo

Dios Padre a Javier Viesca, México, 1999

(...)Mi gran Amor Me ha llevado a daros la Gracia, a través de vuestra Madre Santísima, de regalaros el Santo Rosario. Después de la Sagrada Eucaristía, el rezo del Santo Rosario ocupa un lugar grandísimo en Nuestro Corazón. Es a través del rezo del Santo Rosario y a la devoción de Mi Hija, la Siempre Virgen María, que una gran mayoría de los santos que conocéis, alcanzaron ésa santidad que poseen. 

Es a través del rezo del Santo Rosario que se han obtenido Gracias inmensas para pueblos enteros y aún para toda la humanidad. Es a través del rezo del Santo Rosario, que el Cielo se ha acercado a la Tierra y así, con la ayuda de su rezo, la Tierra se va a purificar.

No podéis apartar la devoción, el amor grandísimo que le tenéis a Mi Hija Santísima, con el rezo del Santo Rosario. Aquellos que han sido llamados a ser Mis hijos consentidos, Mis hijos en los cuáles Yo puedo confiar más íntimamente, han venido a través del Corazón de Mi Hija Santísima y por consiguiente, a través del rezo de Santo Rosario.

Es tan poderoso su rezo, que será a través de él, que el maligno será vencido y luego encadenado. Es a través del rezo del Santo Rosario, máximo exponente de la oración, el que muchos de los acontecimientos adversos a la humanidad, se van a aminorar ó a cancelar. 

Es a través del rezo y devoción al Santo Rosario, que una gran cantidad de las almas actuales sobre la Tierra, se van a santificar. Es a través del amor al Santo Rosario, que llegaréis a alcanzar al Sumo y Eterno Amor, para toda la Eternidad.

El rezo del Santo Rosario es la oración más completa que existe. Sacrificáis vuestro tiempo en su rezo, para dármeLo a Mí, a través de Mi Hija. Hacéis penitencia al rezarlo de rodillas y con toda delicadeza y amor. Ayunáis a vuestras bajas pasiones, al permitir que sea vuestra alma la que ore en vosotros y así detenéis y obstruís, con vuestra concentración amorosa, las acechanzas del enemigo. 

Ofrecéis holocausto divino, al nombrar varias veces, con amor y respeto, Mi Nombre y el de Mi Hija. Crecéis espiritualmente, con la ayuda de Mi Santo Espíritu, al meditar cada uno de los Misterios del Santo Rosario. 

Os volvéis corredentores con Mi Hijo, al acompañarLo y viviendo, cada uno de Sus Momentos, en los Misterios que rezáis. Me agradecéis profundamente las Gracias que recibís, al daros cuenta del regalo tan grande que habéis obtenido por la vida que os concedí y por todos los méritos de Mi Hijo Jesucristo y de Mi Hija, la Virgen María, para vuestra salvación y para vuestra Gloria Eterna.

Vivís momentos místicos durante su rezo, ya que cuando lo rezáis unidos al Cielo, al Purgatorio y con vuestros hermanos sobre la Tierra, Yo estoy en medio de todos vosotros y si Yo estoy con vosotros, Mi Vida está con vosotros y me manifiesto en vosotros y a vosotros en múltiples formas, como muchos lo habéis constatado.

El rezo del Santo Rosario os envuelve de Cielo aún en la Tierra.
Hijitos Míos, os he dado un gran poder que no debéis desperdiciar, un gran poder al alcance de todas las edades y de todas las condiciones sociales, un gran poder que os alcanzará el triunfo final, si lo usáis con respeto, amor y confianza, el poder de la oración y el del rezo del Santo Rosario.

Uníos fervientemente a Mi Hija, la Siempre Virgen María, para que apoyados en vuestra Madre, salvéis al Mundo, que ahora parece estar más en manos de Mi enemigo, que en Mis Manos.

Vuestra oración sincera, humilde, amorosa, hará arder Mi Corazón en Misericordia y sus frutos de protección y de Salvación para todas las almas, los podréis ver de inmediato.
Confiad en Mí, confiad en Mi Amor, confiad en Mi Misericordia, confiad en el poder de la oración.

Yo os bendigo en Mi Santísimo Nombre de Eterno Dios de Amor, en el de Mi Hijo Jesucristo, donación perfecta en el Amor, en el de Mi Santo Espíritu, Voz y Guía del Amor y en el de Mi Santísima Hija, la Siempre Virgen María, donación perfecta al Amor.