Déjame decirte, bienamada Mía, que Yo diseñé Mis Planes antes de que tú nacieras.
Trabajaremos siempre juntos, ¿estás dispuesta? Estoy dispuesta también, si Tú me aceptas con mi incapacidad, Dios mío.
Yo te amo, Vassula, y te ayudaré. Al principio de la semana pasada fuiste asolada y atacada por el demonio. Sin embargo, Yo he escrito contigo todas las palabras que he querido. Yo te he protegido.
¿Era esto cuando el demonio me maldecía?
Sí, mientras te maldecía, de un modo infame, Yo te bendecía, Yo te protegía.
Más tarde.
Déjame decirte, Vassula, mientras menos eres, más seré Yo. Permíteme actuar en ti y hacer Mi Voluntad en ti. Sé nada, no sientas nada y déjame ser todo, para que Mi Palabra llegue a los confines del mundo, y Mis Obras de Paz y de Amor seduzcan a cada corazón.
Permíteme recordarte tu miseria, para que al hacerlo esto te impida enaltecerte por todas las Gracias que Yo te he dado. Sé Mi altar puro...
Pescadora de hombres, extiende Mi red de Paz y de Amor por todo el mundo.
Después, saca La red y ¡déjame alegrarme con Su buena pesca! Cuando Yo
estaba, en Carne, en la tierra, enseñé a un pequeño grupo de hombres a
ser pescadores de hombres. Los dejé en el mundo para que difundieran Mi Palabra a toda la humanidad. Yo, el Señor Jesús, te instruiré y te mostraré cómo se hizo este trabajo. ¿Qué puedo decir? ¿Cómo puedo yo hacer cualquier cosa? ¡Menos una misión semejante! Siento que el Mensaje se hace cada día más pesado. Quiero agradar a Dios, pero ¿con qué medios? No veo más que una montaña delante de mí, y siento la Revelación pesadamente sobre de mí.
Yo llevo Mi Cruz junto contigo. Sí, en efecto, es pesada, pero no te preocupes pues Yo, el Señor, te estoy ayudando. Permanece cerca de Mí. Yo no te abandonaré.
"Aun así,
es demasiado". Jesús me anima a continuar.
Vassula, ¿no te he ayudado hasta ahora? Entonces, ¿por qué te habría de abandonar? Apóyate completamente en Mí, confía en Mí.
Lo que Yo he comenzado y bendecido, lo terminaré.