*La religión: expulsada de los centros de enseñanza pública

29/01/2014 - Sociedad
En la ESO y Bachillerato, la escuela pública está liquidando la asignatura de Religión. En Cataluña esta acción deliberada se produce en los tres ciclos de enseñanza sin que la inspección correspondiente intervenga


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Los últimos datos sobre el número de alumnos que a día de hoy optan por la clase de Religión en España muestran que ha habido un ligero descenso, pero que continúa siendo una opción mayoritaria. Además, se detecta que hay unas grandes diferencias entre las cifras que expresan los centros públicos, privados y concertados y esto se debe a que en los centros públicos se expulsa a la asignatura de religión.


Según la información publicada por el Ministerio de Educación, contenida en el estudio “Estadística de las Enseñanzas no universitarias del curso 2011-2012”, un 65% de los alumnos de Primaria eligen la religión católica en los centros públicos, que es exactamente el mismo porcentaje de alumnos que la eligen en la escuela privada no concertada. Esta cifra baja a un 38% en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en los centros públicos, aunque desciende al 55% en la escuela no concertada, porcentaje cercano al 65% que la elegían en Primaria.

No obstante, estos números continúan bajando al hablar de los alumnos que cursan Bachillerato cuando se habla de la escuela pública (20%), como se puede ver en el gráfico al pie de esta información, reproducido a partir de los datos del Ministerio. Este fenómeno de una considerable disminución de la elección de Religión católica como asignatura a lo largo de la vida de los niños en la escuela pública muestra que ésta segrega dicha asignatura.

Más religión en Bachillerato en los centros privados

Lo contrario ocurre, sin embargo, en los centros privados no concertados, ya que los estudiantes empiezan con un 65% de participación en Primaria, se rebaja a un 56% en Secundaria y, curiosamente, sube a un 70% en Bachillerato.

El motivo de esto
puede ser porque el Bachillerato no está concertado en ningún centro. Además, se ha de tener en cuenta que un gran número alumnos cambian de centro para hacer Bachillerato porque no se hace en todos los colegios. De hecho, muchos de éstos son centros privados porque sólo tienen Bachillerato, aunque en realidad son religiosos.

Cataluña, la que menos elige la asignatura de Religión

Analizando los datos del Ministerio de Educación sobre la distribución porcentual del alumnado en todos los centros, según la opción elegida en la enseñanza de Religión por comunidad autónoma, se ve que Cataluña (40%), Ceuta (40%) y Melilla (27%) son los resultados más bajos. En el caso de estas dos últimas es debido a la importancia que cobra allí el Islam, como se observa en el segundo gráfico.

Pero, cuando se observan los porcentajes en los centros públicos, la caída es espectacular. Así, en Primaria se sitúan en el 23%, pero en Secundaria caen hasta 9% y en Bachiller se desploman por debajo del 2%.

Además, al llegar a la ESO se puede elegir estudiar Religión católica, otras religiones, historia y cultura de las religiones o no cursar religión. Y cabe destacar que Cataluña es la única comunidad de España dónde la asignatura de historia y cultura de las religiones no existe en la ESO, por lo que aquellos alumnos que la cursarían en otras comunidades, simplemente no la cursan en el caso de Cataluña.

Preocupante es el caso del municipio de Vic (capital de la comarca de Osona), por ejemplo, dónde no hay en Primaria, Secundaria y Bachillerato ni una sola plaza ofertada para estudiar Religión católica.

Falta de investigación e inconvenientes para elegirla

Lo que arrojan los resultados de estas estadísticas es que si no se está fomentando la asignatura de Religión en los centros públicos, por lo que sería necesaria una investigación del departamento de Ensenyament (Enseñanza) en Cataluña. 

Los datos demuestran que hay un gran desequilibrio entre los que eligen estudiar Religión católica a lo largo de la enseñanza en la escuela pública. Nadie está interviniendo para solventar esta situación que se constata por distintos mecanismos. El más radical y menos utilizado es que el director de los centros públicos no comunica a los padres la existencia de la asignatura de religión, con lo cual no es una oferta del centro.

Otro método se da cuando se oferta Religión católica, pero cuando los padres van a inscribir a su hijo éstos reciben consideraciones como que tenga en cuenta que lo que la clase de Religión hace es dividir a los niños de su curso o que valore que entonces perderá una hora de refuerzo de otra asignatura situando a su hijo así en una situación de clara desventaja respecto al resto de la clase ya que habrá perdido una parte de la formación del curso.

Otro ejemplo de que se segrega a la Religión católica en la escuela pública en España es que, aunque en teoría el profesor que imparte esta materia tiene los mismos derechos que el resto de profesores, en la práctica, en muchos colegios no se les deja participar en los claustros de profesores.

“Fiestas o paisajes del invierno” y ausencia de cultura no confesional

También hay que mencionar el método que han tomado otros centros, que consiste en hacer campaña sistemáticamente para presentar la religión como algo nocivo. Además, hay centros que han eliminado cualquier elemento religioso, como la festividad de la Navidad, que se convierte en la “fiesta de invierno”, o los belenes en “paisajes de invierno”.

Merece la pena señalar también que, en contra del discurso que se hace de que la clase de cultura religiosa es buena, la asignatura que está extinguida es la clase de cultura no confesional. Al no estar a adscrita a ninguna confesión en particular, esta materia es la que está peor parada de todos, por lo tanto hay un falseamiento en el discurso, es decir, una falta de interés por parte de los padres y del centro.
En definitiva, según los preocupantes datos del Ministerio de Educación, hay una segregación de la Religión católica y una ausencia de inspección que debería velar para que la oferta de esta materia fuera obligatoria y así todos los alumnos estuvieran en igualdad de condiciones.