28 de enero de 2014
La llegada del Papa a una de las publicaciones de música más importantes
del mundo era algo previsible. Ha sido la americana «Rollings Stone» (1
millón y medio de copias como tiraje quincenal) la que ha dado el paso
con un amplio reportaje que acompaña la portada dedicada al Papa
Francisco.
Más allá de los aspectos más bien tópicos de la mayor parte del
contenido del artículo firmado por Mark Binelli (contrapone los típicos
tópicos entre el pontificado actual y el precedente apelando al fácil
eslogan del «liberal» versus «conservador»; interpreta aparentes
signos de ruptura entre Benedicto XVI y Francisco, etc., y revive toda
la retahíla de antiguos temas que acompañaban protagonísticamente a la
Iglesia antes de pontificado del Papa Bergoglio) es de destacarse la
historia detrás del reportaje.
Binelli acudió a Roma para realizar «un reportaje» que ha terminado por ocupar la primera plana de la popular revista (cf. «Pope Francis: The Times They Are A-Changin. Inside the Pope's gentle revolution»).
Y es que al constatar en primera persona el entusiasmo suscitado por el
Papa Francisco no ha podido sino también sucumbir él mismo (cosa que se
evidencia por el tono del artículo).
El titular escogido para el reportaje es una síntesis o justificación
del porqué el Papa aparece en una revista musical: la primera parte
(«The Times They Are A-Changin»: «Los tiempos están cambiando») es el
título de una popular canción de Bob Dylan mientras que la segunda es
propiamente lo que ha cautivado al escritor y a la revista: «Detrás de
la suave revolución del Papa».
¿En qué consiste esa «suave revolución»? «Rollings Stone» subraya tres
cosas: «su reconocible humanidad como positivamente revolucionaria», la
«voz desarmantemente suave» y el «magisterio del recordatorio amistoso».
Con lo primero alude a todos los gestos que acompañan al Papa; con lo
segundo al modo de interpelar con esa voz pausada y bella que tiene el
obispo de Roma; y con lo tercero a que no ha dejado la doctrina católica
pero la propone de una forma –según ellos– más amistosa. En definitiva
la humildad como protagonista y celebridad.
De esta forma parece que quien ocupa la portada de una revista musical
es más bien una virtud vivida y, en ese sentido, que interpela. Por lo
demás, el título de la canción de Dylan es completada por el Evangelio
de Jesús: cambian los tiempos pero permanece el Mensaje.
***
N.B.: Curioso advertir que la fans page de «Rollings Stone» ha aumentado la interacción de sus seguidores en torno a esta portada dedicada al Papa.
Si se ve el historial de imágenes compartidas es precisamente ésta la
que más interacción ha generado últimamente. Y los que siguen «Rollings
Stone» no son precisamente los católicos americanos…