*Tantas almas fracasan porque no se acercan a Mi presencia Eucarística



Obrad de acuerdo a mi Santo Querer

Octubre 26/09 


Jesús dice:

Sentidme: estoy en medio de vosotros, así no me veáis. Basta que me miréis con los ojos de vuestro corazón. Me doy en la proporción en que vosotros os entreguéis a Mí. Entregadme vuestras vidas, entregadme vuestros sueños, entregadme todo vuestro ser. Así mismo les hablaba a mis discípulos, a mis apóstoles y hoy os hablo a vosotros. Dadme gracias, porque tenéis oídos y podéis escuchar mi voz. Dadme gracias porque tenéis ojos y podréis apreciarme en la simpleza de una Hostia Consagrada. Estáis a tiempo, a tiempo de volver a Mí.


Estáis a tiempo, para llegar a una ciudad sitiada de Santos Ángeles.

Estáis a tiempo, hijos amados. No caminéis hacia atrás. No vaciléis. No andéis de un lado para otro sin hallar descanso, reposo a vuestro corazón. Yo soy la quietud. Yo soy la armonía. Lo que hoy es, lo que hoy os parece, mañana ya no será. Mirad, mirad: no os dejéis robar la paz por nada ni por nadie. Perdedla: cuando creáis o sintáis que estáis a punto de condenaros. Ahí sí, estad conturbados de espíritu y amilanados ante lo que os sobrevendrá en la vida eterna si no volvéis a Mí, si no os arrepentís y reparáis en vida vuestros pecados. No es momento para preocuparos por cosas inútiles.


Es momento para orar. Es momento para reparar.

Es momento para convertiros de corazón.


Es momento para indagar en mi Palabra, escudriñar las Sagradas Escrituras. Es momento para descubrir todos los misterios del Cielo que tan sólo se les revelan a los sencillos, a los humildes y a los limpios de corazón.


En la eternidad hay tantas almas que en vida se jactaban de un título, se jactaban de una posición económica, de un estatus; miraban a las personas abajo de sus hombros, las despreciaban, las excluían, las relegaban. Pero estas pobres almas cuando se presentaron ante Mí, se sintieron pequeñas, se sintieron débiles. Estas pobres almas se silenciaron ante mis preguntas, ante la historia de la vida que pasa frente a sus ojos espirituales y muchas de ellas yacen en las profundidades del averno. Allí no les vale títulos; allí no les vale posición económica, ni estatus, ni rango. 

Hoy, obrad vosotros de acuerdo a mi Santo Querer. Obrad vosotros de acuerdo a mi Divina Voluntad y no de acuerdo a vuestros intereses.


Preguntádmelo, oradlo antes de tomar alguna decisión. Oradlo y Yo os mostraré que es lo que debéis hacer. Yo os mostraré cuál es el verdadero camino. Hay tantas almas que colapsan, tantas almas que fracasan en sus proyectos porque no llegan ante mi presencia Eucarística, no vienen al Sagrario y no me preguntan: ¿esto es lo que Tú quieres que yo haga? ¿Este es el camino que yo debo seguir? Y Yo al ver tanta humildad, al ver tanta docilidad de espíritu les abro el corazón. A unas las muevo, dirigidas por el Espíritu Santo, a otras les hago sentir mi paz, la seguridad que ese es el sendero de mi Divina Voluntad. 

Hay tantas personas que han emprendido muchos caminos y retroceden porque descubren que ese no es el camino y después de andar y desandar, descubren, y Yo les muestro cuál es el camino. Vosotros haced lo mismo. Sentidme, mis pequeños, y descansad en Mí. 

Tantos santos fueron dotados de gran inteligencia y sabiduría porque la pasaban buen tiempo en adoración, en unidad con mi Espíritu, con mi presencia.

Jesús a Agustín del Divino Corazón