Mensaje a Y María del Getsemaní, México, 30 marzo 2014.
Cariños del Cielo,
(...)
El Diablo
os llena de ocupaciones, deudas y deseos. Es así como os distrae de
trabajar para vuestra salvación y muchos de vosotros caéis con suma
facilidad.
¿Qué no entendéis que habréis de vivir con sencillez y frugalidad?,
¿y que el alma es quien reina sobre el cuerpo y sus deseos? No pongáis
vuestra almita en lo del mundo; sino someted lo del mundo a vuestros
principios espirituales.
Si lo que vosotros poseéis: por
cuidarlo, por pagarlo, os quita el sueño; entonces dejad aquello y no
permitáis que vuestra paz se os escape por cuidar lo material. ¿Tenéis
un automóvil que cuidáis más que a vuestros hijos? Deshaceos de él, que
poco requerís para sobrevivir; y mientras estéis con dos amos con
alguno quedaréis mal y no es tiempo de andar con un pie en un sitio y el
otro en otro, porque sucumbiréis. ¿Qué os pasa, Mis Críos, seguís amando lo material como sólo a Dios se le debe amar, lo comprendéis?
¿Qué no
sabéis lo poco que necesitáis, y que todo lo que excede a ello es
enemigo de vuestra almita? Pero no queréis comprender, no queréis
obedecer, no queréis hacer caso y por eso andáis con prisa y pagando acá
y pagando allá y así ¿cómo queréis que Mi Espíritu Santo permanezca en vosotros?
¿Qué no veis cómo andaba Mi Hijo Amado? ¡con qué calma, con qué paciencia, con qué amor!
¿Dónde visteis que Mi Hijo Amado andaba
con prisas de un lugar para otro apurando las curaciones porque se iba?
Mi Hijo Amado permanecía con Su Ser Todo en cada sitio a donde El
Espíritu lo llevaba y no andaba como andáis vosotros que os movéis más
como demonios que como Hijos de Dios.
¿Comprendéis lo feo que os veis así, apurados todo el tiempo y sin tiempo
para deteneros y auxiliar a esa almita que os coloco al frente para que
la ayudéis? Así, ¿cómo podréis ver a Mis Hijitos que a lo largo de
vuestro andar y camino requieren de vuestra ayuda, si sólo volteáis a
ver vuestro propio deseo y andáis apresurados hacia él, como si fueseis
autómatas?, ¿eso sois, Mis Niños! (Dios Padre lo dice con mucha tristeza y asombro).
Vosotros que sois Mis Hijos existís para la eternidad, ¿lo comprendéis, al fin? Y no tenéis prisa.
Pero voltead a las calles y todos andáis como corriendo sin esperar un
saludo o regalar una palabra suave o un saludo amable. ¿Así era vuestra
Santísima Madre en tierra?, ¿os la imagináis así? ¿Así han sido Mis
Santos?, ¿o los veis calmos y tranquilos en oración y ayuda al prójimo?
Son sólo
los demonios los que andan así perdiendo a las almitas; apresurados por
no permitir que se salven. Pero vosotros, ¿porqué andáis como si fueseis
demonios, si sois Hijos del Mismo Dios? ¡Andad despacio y volteando a
cada paso a ver a quién podréis ayudar QUE PARA ESO ESTÁIS EN TIERRA!,
¡pero si andáis consumidos por alcanzar vuestro propio deseo y no
volteáis a ver al prójimo y hasta olvidáis voltear hacia Mí…! ¿Lo
comprendéis?
Y en medio
de todo esto, y a pesar de todo lo que os decimos, os llenáis de más
deuda, de más compromisos sociales y laborales para hacer más dinero y
comprar más cosas.
¿Entendéis lo grande que es este error en el que vivís como sociedades?
Y a los míos los necesito con tiempo para Mí, libres para AmarMe, con
vuestras manitas que se extiendan a auxiliar al prójimo. Pero si andáis
con prisa ¿cómo veréis al hambriento que necesita un pedazo de pan
porque ese día no ha comido, o al triste que requiere quién comparta el
pan de su dolor, o la viuda…?, ¿cómo los veréis?
¿Acaso Mi Hijo os dijo “no tengo tiempo para ti que sufres”?,
¿Acaso no se detenía ante cada criatura que lo solicitaba y no decía
“estoy muy ocupado” ¿Acaso así era en tierra Mi Hijo Amado? Entonces ¿de
dónde sacáis ese ejemplo de comportaros así de mal?
Sois vosotros ejemplo entre vuestros
Hermanos y si por las calles os ven caminando tranquilos, sin prisa y
regalando una palabra amable, un saludo, una sonrisa, ofreciendo ayuda a
todo el que lo necesita ¿no os distingue eso del resto infiel?
Si al ir en vuestros autos dejás pasar
al que lo solicite y sois amables, ¿no os distingue eso de los demás
conductores que van con prisa y grosería?
Os lo Hemos dicho: Deberéis mostrar que
sois Hijos de Dios en todo momento y por las calles tocáis multitud de
almas, ¿lo habíais considerado así? Y si portáis vuestros sacramentales* y sois luz ¿no atraerá eso a vuestros hermanos hacia La Casa Celestial?
Traed siempre una insignia de la casa a la que pertenecéis* y llevad
alguna estampita en vuestros bolsillos y regaladla, (de las que tienen
detrás alguna oración) que podría ser vuestra sonrisa y regalo ese
primer pasito que vuestros hermanitos den en pos de Mí. ¿Lo comprendéis?
Cada vez que salís a la calle es una
oportunidad de que Me traigáis a una Ovejita de Regreso a Mi Sacratísimo
Corazón, así que no quiero que desperdiciéis ni una sola ocasión. No os
digo que las adoctrinéis, sino que vuestra presencia emane luz,
armonía, paz, bienestar; AMOR y que sepan que sois Mis Hijos que se
distinguen del resto del mundo y dejad una huella en ellos, una palabra,
una sonrisa, una estampita con una oración, algún sacramental*.
Y si no os sonríen en reciprocidad, y si
no aceptan la estampita y si hasta os tachan de locos y os colocan una
Corona de Espinas como mofa y burla, ¿no estaréis sabiendo que vais
siguiendo los pasos de Mi Amadísimo Hijo Jesucristo en el Camino a La
Vida Eterna?
¿Comprendéis lo que os digo? Que si sois
luces habréis de brillar en todo momento y en cualquier circunstancia y
esto, Mis Niños, no lo podréis hacer si vais con prisa y llenos de
deseos de poseer.
No queráis más que vuestra paz para
poder servirNos. No anheléis, más bien PermitidMe daros lo que Yo Sé
que necesitáis (no Me llenéis de peticiones de lo que queréis) sino
confiadme que Yo Sé no lo que queréis, sino lo que realmente necesitáis y
de eso Yo Os Proveeré.
Os amo, Críos Amados
Vuestro Padre, Dios
* Los
sacramentales son signos sagrados, muchas veces con materia y forma, por
medio de los cuales se reciben efectos espirituales y que son actos
públicos de culto y santificación. Pueden ser “cosas” o “acciones”, por
la intercesión de la Iglesia (Cfr. CIC. no.1166). En este caso se
refiere a Objetos religiosos benditos (cruces, medallas, rosarios
……). Cuando utilizamos o recibimos los sacramentales, lo que estamos
haciendo es acogernos a la misericordia de Dios y poniéndonos bajo su
protección. Debemos de tratarlos con mucho respeto y estar conscientes
de lo que significan.