María: Lo que está oculto debe ser revelado para que todos los ojos se abran a la realidad de estos tiempos. De lo contrario, la humanidad, en su confusión, no tendrá respuestas. Permítanme comenzar.
Durante siglos, el Cielo previó estos años que están inmediatamente por delante. Las nubes de la tormenta comenzaron a juntarse cuando la diosa de la razón fue exaltada durante la Revolución Francesa. Incluso entonces, el Padre estaba listo para responder.
Yo comencé a Aparecer en París a Santa Catalina y luego en Lourdes a Bernardita. El Padre estaba llevando la guerra hasta el mismo suelo de Francia, donde el mal había comenzado. La Era de la Iluminación fue su nombre. En verdad fue el comienzo de la Era de las Tinieblas, la eliminación de verdades sobrenaturales.
En el siglo XX, un mal mayor fue sembrado en el suelo de Rusia, que se cobró millones de vidas, difundió sus errores, y sigue hasta este día como fuente de disturbios.
Lo más grande de todo el mal es que son fuerzas ciegas que están dando forma a los acontecimientos de hoy y que están preparando los acontecimientos del futuro. Nadie ve. Ni siquiera la Iglesia ve. No hay toma de conciencia, no hay toque de trompeta. Nadie se da cuenta de lo cerca que están estos futuros eventos. Cuando el problema estaba en Francia, Yo Me Aparecí en Francia. Cuando el problema era Rusia, Yo hablé en Fátima acerca de Rusia.
No existen soluciones humanas para estos problemas, mas Yo estoy esperando para actuar, para entrar en el escenario mundial e incluso para manifestar Mi presencia al mundo entero.
Yo hablo porque quiero que todos los ojos y todos los corazones se vuelvan a Mí e invoquen Mi auxilio como la Mujer vestida de Sol. Yo quiero que el Santo Padre consagre a Rusia a Mi Inmaculado Corazón. Quiero que todos los Obispos respalden y participen en esta Consagración. Quiero que todos los fieles se unan de todo corazón en una consagración definitiva de sus vidas a Mí. Menos no es suficiente.
Si voy a rescatar el mundo, Yo necesito una total y completa consagración, para toda la vida, a Mi Inmaculado Corazón. Ya es tarde. Esto se debería haber realizado hace décadas. Otra década de espera tendrá como resultado un completo desastre.