*Seréis testigos de mis prodigios

A Agustín del Divino Corazón:
Agosto 10/07 Jesús dice:


Depositad en mi Corazón vuestras desesperanzas,
depositad en mi Corazón vuestras tristezas, depositad
en mi Corazón vuestras arideces, vuestras
preocupaciones. Depositad en mi Corazón las personas
que amáis, depositad en mi Corazón vuestros
pensamientos, vuestros sentimientos y vuestras vidas.



Vidas que han sido hechura de mis Divinas manos,
manos perforadas por los clavos de la cruz, manos que
han sido maltratadas y vilipendiadas por los soldados
romanos. 


Depositad en mi Corazón vuestra oración,
cada susurro de amor, cada palabra, cada gesto
haciendo de vosotros sagrarios caminantes, orantes
vivientes en medio de un mundo mentiroso y engañoso.


Sed mis pequeños pararrayos, sed mis pequeños
cirineos que me ayudan con mi cruz, Verónicas que
enjugan mi Divino Rostro para yo plasmaros mi rostro
en vuestros corazones.


A cada uno de vosotros se os ha encomendado una
misión, no podéis permitir que el príncipe de las
tinieblas destruya mi obra porque tendréis que rendir
cuentas el día que os llame.


Os abrazo con mi mirada cálida, os abrazo con mi
mirada de amor, os abrazo con mi mirada de ternura.
Os abrigo con mi aliento Divino, os abrigo con las
llamas de mi amor, os alimento con el pan bajado del
cielo, os doy descanso, os doy sosiego, os doy Luz y os
doy paz.


Vosotros seréis testigos de mis prodigios y maravillas
en este final de los tiempos.


Vosotros, antorchas de mi Luz, iluminaréis en este
mundo de tinieblas, vosotros seréis juzgados en el amor
porque Yo soy Amor.


Vosotros irradiaréis mi paz, porque Yo soy el Príncipe
de la paz.


Vosotros seréis mis portavoces porque así el cielo lo ha
querido, para que deis consuelo y alivio a las almas.


Vosotros seréis medicina y aliento para muchos.


Vosotros seréis peregrinos anunciadores de mi Palabra,
Palabra que sana y libera.