*Jesús: En el silencio os doy a conocer misterios insondables




Septiembre 1/07 Mensajes a Agustín del Divino Corazón
Jesús dice:
Os invito mis pequeños a que seáis adoradores del silencio. Venid al Sagrario y postraos a mis Divinos pies y sin pronunciar palabras contempladme y adoradme que Yo os daré la Gracia de hablaros al corazón para sondearlo con mi mirada y embellecerlo con mis rayos de Luz.

Seréis mis adoradores del silencio, apartándoos del mundo para venir a recrearos en este pedacito de cielo que es mi Divina prisión, Divina prisión a la que muy pocos vienen a visitarme y si lo hacen dedican tan sólo unos segundos de su tiempo, para pedirme que les
ayude en sus necesidades, sin acordarse de agradecerme mis manifestaciones de amor.

Seréis adoradores del silencio cuando sintáis enormes deseos de hacerme compañía en mi soledad, soledad que es dulcificada cuando respondéis a mi llamado, dejando vuestras ocupaciones para alimentaros de mis consejos que os invita a un cambio de vida.

Seréis adoradores del silencio cuando me dais espacios de bajar a vuestro corazón y acariciaros con el eco de mi voz. En el silencio os hablo, os instruyo.

En el silencio bebéis de mi paz que os doy con amor.

En el silencio me descubro a vosotros dándoos a conocer misterios insondables.

Para adquirir mi Sabiduría debéis amar el silencio y de gustar compartir largos momentos de soledad, ya que el ruido del mundo os impide escuchar mis ondas sonoras de amor.

Que pensamiento tan limitado tenéis vosotros, los hombres, al no comprender mi gran manifestación de amor por vosotros, perpetuándome en la simple apariencia Eucarística hasta la consumación de los siglos.

Si decidierais ser mis adoradores del silencio, venid a Mí, que os esperaré diariamente para adornaros de mis joyas preciosas que os embellecerá dándoos la hermosura a vuestra alma haciendo de vuestro corazón un altar en que me rindáis adoración en vuestras horas
de trabajo.

Que vuestro espíritu sea contemplativo, extasiándoos frente a mi presencia, para elevar vuestra alma al cielo y unirla a la alabanza de los Ángeles Seráficos para que juntos entonéis dulces melodías ofrecidas al Rey del más alto linaje.

Que vuestra presencia evangelice, que vuestra presencia predique.
Almas generosas que os abrís a mi amor, no necesitáis de venir a pronunciar largos discursos, sólo basta de vuestra mirada para daros derroches de unción de tal modo que perciban mi presencia en vosotros, pequeños adoradores del silencio