Experiencias místicas de Christina Gallaher

El sábado 5 de Julio de 2014, cuando Christina guiaba los Misterios Dolorosos del Santo Rosario durante la Novena en la Casa de Oración de Nuestra Señora en Achill (Irlanda), fue llevada hacia una experiencia en la que ella caminaba en el camino al Calvario detrás de Nuestro Señor Bendito.  

Había grupos de personas vestidas con indumentarias viejas y oscuras acompañándolo y Christina podía sentir su intenso odio a Jesús.  Quiso hacer algo por Jesús pero era intimidada por la multitud.

En el Calvario Christina experimentó un momento donde ella estaba de pie a un lado de la cruz y su cara al nivel de las rodillas de Jesús.  Ella sabía que era Su última respiración. Luego vio sangre brotar del costado de Jesús hacia la tierra.  Cuando miró hacia arriba vió un gran haz de intensa luz que rompió la nubes oscuras que pendían sobre el Cuerpo de Jesús  (ella tenía conciencia de que la gran oscuridad sobre el Calvario era causada por la enorme cantidad de demonios reunidos en un esfuerzo final concentrados en poner nervioso a Nuestro Señor y evitar que cumpliera el gran acto de Redención.)    Luego Christina pudo oír una fuerte explosión de entusiasta alegría como de música que recorre una gran distancia llevada por el viento.  Aunque ella sabía que eran cánticos, la armonía era tan perfecta que más parecía ser música; comprendió que estos cánticos eran las voces jubilosas de todos los que se regocijaban en el cielo por la victoria de Jesús –no porque hubieran dudado  siquiera de que Él triunfaría, sino que era su celebración de este logro de la salvación-.


Luego Jesús le habló a Christina quien le dijo que deseaba que el 16 de Julio todo espacio en la Capilla, por pequeño que fuera, fuera llenado con flores, pues cada pétalo posteriormente sería preservado y empacado; y aquellas personas que pudieran obtener uno serían grandemente bendecidos.  Christina entendió que el pétalo debería ser llevado por la persona consigo misma.  Luego vio una luz radiante que manaba del Corazón de Jesús y que envolvían las flores haciéndolas semejarse a un mar de luz.  Se le dio a entender a Christina que había una mayor profundidad en este don que aún no se le ha revelado.

El 11 de julio, cuando Christina entraba a la Capilla a rezar, se dirigió ante la Imagen de Nuestra Señora en el altar.  El área del santuario fue rodeada por una niebla, incluso ella podía sentir la humedad cuando respiraba.  La oración que realizó no fue concebida por ella, sino inspirada:“Madre Santa, gracias por tu “sí” a Dios, pues a través de tu “sí”, la salvación ha venido a las almas de la humanidad.  Fuiste llena del Espíritu Santo y desde entonces, Dios ha transmitido Su Espíritu a través de Ti, permitiéndote interceder y ganar muchas y grandes gracias para las almas de la humanidad.  Santa Madre, Tú buscas a los hijos perdidos de Dios porque Tú eres una con el anhelo de Dios para reunificar Su Vida en las almas de Sus hijos…”

Cuando Christina hubo agradecido a Nuestra Señora el don de los Pétalos prometidos por Jesús, le pareció a Christina que Nuestra Señora salía del Cuadro de las Rosas, y le contestó, “Benditos en verdad son aquellos que serán privilegiados en recibir uno de esos Pétalos, pues no sólo el contenido del Corazón de Mi Hijo sino también el Mío se vaciarán sobre esos pétalos.  (Christina entendió que el Pétalo permitirá de una forma poderosa la unión de los Dos Corazones en el alma de la persona que porte el pétalo)  “¿es acaso como una reliquia, Santa Madre? Preguntó Christina.  Nuestra Señora le respondió “Hija Mía, esto es mucho más grande que cualquier reliquia terrena.  No sólo el Corazón de Mi Hijo sino Mi propio Corazón lo habrán tocado”.
El 13 de Julio de 2014,Jesús le habló a Christina diciéndole que aquellos que llevaran un pétalo, serán protegidos de cuerpo y alma durante los tiempos peligrosos que pronto caerán sobre nosotros, que los pétalos deben tocar el cuerpo de los enfermos, que aquellos que posean un pétalo y que vivirán al momento de la gran señal que será dada alrededor del mundo, podrán ver tanto la señal con sus ojos y también la sentirán en su corazones: que cualquier persona privilegiada que obtenga un pétalo tendrá muchos y muy grandes dones otorgados de esta forma.

Cuando Christina dirigía el Rosario el 25 de Julio de 2014, en la Casa de Nuestra Señora, fue súbitamente tomada hacia una experiencia directa de Jesús quien apareció frente a ella en una luz blanca radiante. Detrás y por encima de Jesús, apareció la Cabeza y Hombros del Padre Celestial, seguido de los Dos Corazones de Jesús y de María.  Solo el Corazón de Jesús goteaba Sangre. Mientras esto sucedía, súbitamente apareció un Ángel sosteniendo un cáliz de oro que recogía las gotas de Sangre.  Sobrevino una gran explosión de luz y Christina pudo ver pétalos de rosa blancos arremolinándose por todos lados.  Cuando los pétalos se asentaron, pudo ver numerosas hostias de la Santa Comunión bajando sobre de ellos.   Luego pudo ver a Nuestra Señora junto a Jesús en una actitud muy amorosa.
Finalmente cuando esta experiencia terminó, se le mostró a Christina una inmensa corona de oro que ella entendió era de Jesús.  La corona estaba bañada de luz, era del ancho total – circular- de la capilla entera.  Christina fue iluminada con conocimiento de que aquellos presentes en la capilla, recibirían las gracias a través del Reinado de Jesús.

Luego vino Nuestra Señora vestida exquisitamente de blanco, radiante como siempre, la luz manaba de Su Persona a través de su bello vestido.  Coronada con su corona acostumbrada decorada con muchas piedras de colores que brillaban en la luz.   Con ese mismo conocimiento Christina entendió que aquellos presentes recibieron muchas y diferentes gracias representadas por la multitud de colores de las piedras de Su corona.  Christina pudo ver muchos ángeles revoloteando juguetonamente alrededor de la parte baja del vestido de Nuestra Señora.  Se le dio a entender que esta escena revelaba la unión tan cercana de Dios y Nuestra Madre Bendita con Su pueblo presente en oración.