¿Qué dice la Iglesia del suicidio?

¿Podemos rezar por un suicida?
Podemos y debemos rezar siempre por la salvación de una persona que se ha suicidado.
Lo mejor es hacer celebrar misas por ellos ( por los difuntos en general).

En la época del cura de Ars (s. XIX), un hombre se suicidó arrojándose al agua desde un puente. El cura de Ars dijo a su mujer: "Entre el puente y el agua, ha tenido tiempo de volverse hacia la misericordia de Dios"

El Suicidio (#2280-2283 del Catecismo de la Iglesia Católica)

Cada cual es responsable de su vida delante de Dios que se la ha dado. El sigue siendo su Soberano Dueño. Nosotros estamos obligados a recibirla con gratitud y a conservarla para su honor y para la salvación de nuestras almas. Somos administradores y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado. No disponemos de ella.

El suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su vida. Es gravemente contrario al justo amor de sí mismo. Ofende también al amor del prójimo porque rompe injustamente los lazos de solidaridad con las sociedades familiar, nacional y humana con las cuales estamos obligados. El suicidio es contrario al amor del Dios vivo.
Si se comete con intención de servir de ejemplo, especialmente a los jóvenes, el suicidio adquiere además la gravedad del escándalo. La cooperación voluntaria al suicidio es contraria a la ley moral.

Trastornos psíquicos graves, la angustia, o el temor grave de la prueba, del sufrimiento o de la tortura, pueden disminuir la responsabilidad del suicida.
No se debe desesperar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte. Dios puede haberles facilitado por caminos que solo El conoce la ocasión de un arrepentimiento salvador. La Iglesia ora por las personas que han atentado contra su vida.