Arrepentirse después de una esterilización

La causa fundamental de la esterilización, )vasectomía/ligadura de trompas),  es el miedo al futuro y la falta de confianza en Dios. A menudo, es el resultado de una relación deficiente con Dios, o debido a heridas psicológicas causadas durante el periodo de desarrollo de la vida de una persona. (Si la mujer o el hombre no podía confiar en su propio padre, les resultará difícil confiar en Dios.) 

En este caso, lo que tenemos que evitar es el enfoque cínico: "es más fácil pedir perdón que pedir permiso." Una postura de cálculo no es manera de tratar con Dios. 

Sin embargo, hay buenas personas a las que se les dio un mal consejo y se esterilizaron. Más tarde lo lamentaron y se arrepintieron en el Sacramento de la Penitencia buscando la misericordia de Dios. Habiéndose arrepentido verdaderamente, no hay nada que impida volver a las relaciones maritales como antes. Sin embargo, no será lo mismo y sufrirán remordimientos.


Lo mejor que se puede hacer es limitar sus relaciones matrimoniales a los períodos en los que la mujer no sea fértil; y de esta manera, al actuar de acuerdo con los ciclos de planificación familiar natural, muestran un respeto por el plan de Dios y su tiempo.


 Rocky Hoffman, sacerdote del Opus Dei en EEUU