La Virgen le dio una nueva oportunidad



En 1680, la población de Nowograd escuchó las campanadas de la iglesia local por el funeral del juez Mikilaj Grocholski, que había fallecido esta mañana tras una larga y dolorosa enfermedad. Era una persona querida y, de acuerdo a la costumbre polaca en estos casos, su tumba era decorada y se servía una comida a los concurrentes y a los deudos. Pero en el momento en que alzaron el ataúd para llevárselo, ¡el juez se sentó en el cajón! En un primer momento, todos huyeron de miedo, pero al ver que no era un fantasma sino la persona de carne y hueso, regresaron para hablar con él y hacerle preguntas. Su excelencia explicó: "Cuando estaba agonizando sin poder confesar mis pecados pues había perdido la capacidad de hablar, aunque estaba consciente aún, elevé mi corazón a Dios y supliqué a la Virgen de Czestochowa que me devolviera la vida y la salud, haciendo la promesa de visitar Jasna Gora. Tengo que volver con Su ayuda para poder confesar mis pecados y hacer las respectivas penitencias". Todos QUEDARON enormemente impresionados, y el funeral se convirtió en un gozoso banquete.

Pero el juez postergó el cumplimiento de la promesa de ir a Jasna Gora, y cayó nuevamente enfermo de gravedad. Cuando el momento final parecía haber llegado, nuevamente recurrió a María con el ruego de que se le diera otra oportunidad. Esa noche recibió una inspiración que le indicaba que no debía demorarse. A la mañana SIGUIENTE se levantó sano otra vez, e inmediatamente salió a cumplir sus votos al santuario de la Virgen.