EEUU apoya abortos forzados en China


By Wendy Wright | October 25, 2014

El congresista Chris Smith acusa a funcionarios de Obama de apoyar abortos forzados 

en China



NUEVA YORK, 24 de octubre (C-Fam) Fotografías de madres con sus niños abortados a la fuerza se extienden por Internet. Empelados de planificación familiar extorsionan a campesinos para cobrarles enormes multas. Torturan y encarcelan a un abogado por defender a las madres. Zhang Yimou, famoso productor cinematográfico chino, fue multado en 1 millón 240 mil dólares por violar el límite de hijos. 

En los últimos seis años, se han acumulado pruebas de la brutal puesta en vigor de la política de hijo único en China. Ahora un congresista estadounidense acusa a funcionarios de alto rango de Obama de violar leyes estadounidenses y subvencionar las políticas chinas de aborto forzado.
Obama ha otorgado 227 millones de dólares a un organismo de la ONU que facilita la política de hijo único y visas a funcionarios chinos vinculados a prácticas brutales de abortos forzados, denunció el representante republicano por Nueva Jersey, Chris Smith.
Estados Unidos prohíbe el financiamiento federal de organizaciones cómplices con las políticas de esterilización y aborto forzado, o que se permita el ingreso a los Estados Unidos a extranjeros involucrados directamente en su aplicación. «Solo se ha negado la visa a un puñado de infractores», dijo Smith.
Smith recitó toda una letanía de las contravenciones de China y de cómo los funcionarios de Obama las permiten en un discurso pronunciado la semana pasada.
Las severas penas que se aplican en China por tener un hijo sin permiso del gobierno van desde el secuestro y el aborto forzado hasta la prisión, la pérdida del trabajo, la destrucción de hogares y multas de hasta diez veces el ingreso anual de los padres.
En solo 24 provincias, se recaudaron más de 3 mil millones de dólares anuales en multas, que con frecuencia quedan en los bolsillos de los burócratas locales.
Hace poco tiempo, los líderes chinos cedieron a la presión puesto que víctimas publicaron fotografías en Internet y describieron los abusos, lo cual encendió la furia internacional. En algunos casos, se despidió a agentes y se pagó ayuda a las familias.
El vicepresidente Joe Biden dijo al público chino que «comprendía plenamente» la política de hijo único y que no «cuestionaba» al gobierno por imponerla. Smith señaló que los antecedentes de Biden respaldan su cruel parecer: como miembro del Senado estadounidense, rechazó una enmienda que condenaba la política de hijo único.
Chen Guangcheng (abogado autodidacta ciego que fue encarcelado y torturado por defender a las mujeres del aborto forzado) llamó atemorizado a Smith durante una audiencia del senado desde la sala de un hospital de Beijing. Su audaz fuga de la prisión domiciliaria y su viaje hasta la embajada estadounidense en Beijing captaron la atención del mundo, incluso más cuando los asistentes de la Secretaria de Estado Hillary Clinton lo enviaron de la protección de la embajada al hospital plagado de policías. Tras intensas críticas, los funcionarios de Obama permitieron a Chen huir a los Estados Unidos.
Cuando se preguntó a Clinton si ella o el Presidente Obama plantearon el tema de los abortos forzados al presidente Hu Jintao, ella se negó a responder.
Los funcionarios de Obama no solo hacen la vista gorda frente a los abusos de China, sino que otorgan dinero público a una organización que financia y aconseja al organismo chino de planificación familiar, e incluso capacita personal.
El Fondo de Población trabaja exclusivamente en China con el organismo de planificación familiar, que está mejor financiado que otras administraciones sanitarias chinas y que es objeto de desprecio por parte de los ciudadanos por su corrupción y prácticas brutales. Ese vínculo se fortaleció cuando el Fondo de Población se puso del lado de China cuando Estados Unidos dejó de subvencionar a la agencia de la ONU por su trabajo en apoyo de la política de hijo único.
«Por más de tres décadas, el Fondo de Población elogió sistemáticamente el programa de control demográfico de China y en reiteradas ocasiones instó a otros países a adoptar políticas similares», sostuvo Smith.
Cuando Smith desafió a la principal funcionaria china de control demográfico, Peng Peiyun, a poner fin a la coerción, ella le dijo: «El Fondo de Población ha apoyado mucho el programa de un niño por pareja» y «está firmemente de acuerdo con ella en que el programa es voluntario y que no existe la coacción».
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano