¿Quién triunfó en el Sínodo?

Fotografía distribuida por L' Osservatore Romano que muestra a obispos durante la misa solemne que abrió la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de obispos sobre la Familia.En primer lugar que hay tres puntos centrales, sobre los que el sínodo formalmente no se pronunció, dos sobre los divorciados y uno sobre los homosexuales y tendrán un año para ser discutidos públicamente hasta el próximo sínodo.
Esto implica que la propia Iglesia ha legitimado que hay diversas opiniones dentro de los obispos y cardenales sobre si dar o no la comunión a los divorciados y vueltos a casar, y sobre todo respecto a acoger a los homosexuales, que es el tema más urticante.
Y legitimó la discusión. Adolfo Nicolás, Superior General de la Compañía de Jesús, o jesuitas – congregación a la que pertenece Francisco – dijo que es posible ver una “revolución” dentro de un año.
En segundo lugar, que salió a luz y es aceptado, que hay grupos de cardenales y obispos operando para cambiar – primero la pastoral, para después cambiar la doctrina -, sobre los divorciados y la homosexualidad. Estos grupos ya tienen credencial formal, son aceptados a los ojos de la base de la iglesia, de las parroquias.
Incluso lanzan mensajes muy claros, como el cardenal Reinhard Marx de Munich, uno de los principales asesores del Papa, que dijo que no había vuelta atrás. “Ha habido dos pasos hacia adelante, puede haber un paso hacia atrás, pero sin duda no dos”.
En tercer lugar, que estos grupos tienen una penetración tal en la estructura de la Iglesia que hasta son capaces de copar algo tan público como la comunicación del Sínodo, lo que lleva a pensar en todo lo que podrán estar haciendo por debajo.
Y en cuarto lugar, es el propio papa Francisco que ha pedido que el documento final se discuta en las bases de la Iglesia en estos 12 meses, mezclando apelaciones ortodoxas con llamados a no tener miedos a los cambios, lo que indirectamente legitima la posibilidad de que las cosas pueden cambiar. Por lo que es posible adelantar un año de efervescencia en las discusiones y novedad en los planteos.
Por lo tanto, un análisis del bosque y no solo de los árboles indicaría queesto ha sido un triunfo de los progres, que ven esto como un largo proceso de cambio y al sínodo meramente como una de las tantas batallas que deberán dar.