Reparad el tiempo que no Me pudieron dar Mis apóstoles.



Habla Nuestro Señor Jesucristo a Javier Viesca, México, sept 2014

Sobre: DadMe vuestro tiempo, reparad el tiempo que no Me pudieron dar Mis apóstoles.
Hijitos Míos, estoy aquí en el Huerto de los Olivos, orando y sufriendo. Os veo a todos vosotros, veo a todos vuestros hermanos en todos los tiempos, veo el bien y veo el mal de las almas y Mi sufrimiento es atroz. Le he pedido a Mis apóstoles que oraran Conmigo y Me han dejado abandonado, se quedaron dormidos.

Sigo orando, Me sigo dando por vosotros y el Mundo está dormido. No se dan cuenta de los acontecimientos que ya están sobre vosotros. Sigue cada quien viviendo su vida despreocupadamente y Yo sigo arrodillado, sudando Sangre por vosotros. ¡Tanto es Mi Dolor, porque os amo tanto!
Vosotros no comprendéis aún todo el Amor que os teneMos. No os podéis imaginar cuánto amaMos a la creatura, lo comprenderéis cuando dejéis vuestro cuerpo y regreséis ante Nuestra Presencia y, ya sea en los Cielos, en el Purgatorio o en el Infierno, es cuando comprenderéis cómo os amaMos.
Nuestro Amor Divino es incomprensible para el hombre, no hay amor humano que pueda parecerse en lo mínimo al Amor que os teneMos. Por eso no lo apreciáis y no entendéis cuando os digo: velad y acompañadMe, como le pedí a Mis apóstoles.

¡Os lo he pedido tanto!, y ni siquiera Me pedís que os comparta este sentimiento de Amor y de Sufrimiento que tengo por cada uno de vosotros y Me sigo dando y Me sigo ofreciendo, Mi Vida toda, es para vosotros.

Mi Amor es vuestro amor, ¿por qué os tengo que repetir tantas veces esto, Mis pequeños? Ni estáis velando ni orando, estáis en el Mundo, estáis desperdiciando todas Mis Bondades, Mi Donación total y absoluta por cada uno de vosotros.
La noche ya os alcanzó, igual que llegó el momento en que el Hijo del Hombre fue entregado en manos de Sus asesinos.

Padeceréis también, para que recordéis éstos momentos en que Yo oré por cada uno de vosotros y Le pedí al Padre por vuestra salvación, por el perdón de vuestras faltas, por vuestra redención. Me di por cada uno de vosotros, ¿os daréis ahora por Mí, Mis pequeños? ¿Ofreceréis vuestros sufrimientos, que estáis ya padeciendo, y algunos padeceréis todavía peores, para aliviar Mis Dolores en el Huerto?

Yo he aliviado vuestros dolores y os he abierto las Puertas del Paraíso, ¿Me daréis vuestra vida? ¿Me daréis vuestra muerte? ¿Me daréis vuestros padecimientos? ¿Me daréis vuestro dolor? Soy vuestro Dios, pero también Soy Hombre, no tuve a los apóstoles, a Mis elegidos, en ésos momentos, ¿os tendré a vosotros ahora en éstos momentos?

AcompañadMe, Mis pequeños, ni una hora pudieron orar Conmigo, ¿Me daréis vuestro tiempo, Me acompañaréis en éstos momentos obscuros y de dolor de la humanidad, recordando los que Yo tuve? 

No os separéis de Mí, Mis pequeños, que Yo nunca Me he separado de vosotros, estáis en Mi Corazón, porque os vi desde ése tiempo en el Huerto y os he mantenido muy cerca de Mi Corazón, orando por vosotros, por esta humanidad, por el dolor que Me causan vuestros pecados, pero, sobre todo, por la indiferencia del hombre hacia su Dios y Salvador.
DadMe vuestro tiempo, reparad el tiempo que no Me pudieron dar Mis apóstoles.
Gracias, Mis pequeños.