Vuestros nombres están grabados a fuego, como sello, dentro de mi profunda Herida

Mensaje de Jesús a Marga 30/01/99


No dudes nunca de mi Amor hacia cada uno de vosotros, no por vuestros méritos, que son nada. Es porque mi Corazón no puede contener su ardor por las almas y viene a explotar cual Horno incandescente al que se pretende ahogar, viene a explotar en sus más pequeños, en los que abren sus oídos a la Voz de su Amor.

Pretendéis apagar, ahogar la efusión de mi Espíritu. Como fuego devorador que se abre camino arrasando los parajes inertes, los desiertos, los campos muertos, vendré, vendrá mi Amor sobre vosotros. Los míos, los que me escucháis, los que tenéis ojos y veis, oídos para oír y oís, reconocedme entonces. Sabed reconocerme. Soy Yo. Vengo como Fuego. Temedme si no estáis en mis listas, alistados a mi ejército. Sólo hay dos: Satanás o Dios.

No temáis si estáis dentro de mi Corazón, en mi Amor. No temáis y exultad de gozo, se acerca entonces vuestra liberación.[1] Venid prestos, con gozo, a recibir al Esposo con vuestras lámparas encendidas.[2] Presentadme cómo habéis hecho prosperar mis talentos y Yo os daré a cada uno lo vuestro.[3] En justicia, según vuestras obras. La hora se acerca, no querría encontrar a ninguno de mis pequeñuelos con las manos vacías.

Venid nuevamente, cada día, con más fuerza, con más amor, venid a lo más profundo de mi Corazón, y descubrid que los nombres de cada uno de vosotros se encuentran grabados a fuego, como sello, dentro de mi profunda Herida.

Caminad con decisión en el desierto hostil, en la tierra oscura que os vio nacer, os verá morir, y os verá resucitar.

En las tinieblas, que se ciernen amenazantes sobre mi Pueblo, ved el Faro de mi Luz, ved el Faro luminoso de mi Madre. Escuchadla también, Ella tiene mucho que enseñaros, es mi Deseo que así sea. Abrid primero a Ella las puertas de vuestra alma y Ella me preparará el camino, mejor que nadie, en cada uno de vosotros. Acudid a este Refugio, a este Camino que conduce al verdadero Camino. Que os salva de errar, os salva de perecer a manos del Maligno. Os cuida cual Jardinera divina del Vergel de su Señor. Os cuida para mi deleite.

Yo encuentro mis delicias con los hijos de los hombres.

Venid a formar parte de mis manjares. Yo Soy vuestro Manjar, Yo estoy a vuestro alcance. Comed de Mí, bebed de Mí. Me doy a vosotros para vuestra salvación.

Amén. Aleluya. Gloria al Dios Altísimo.