Nuestra Señora de Czestochowa |
El sacerdote habló de su dedicación a María, y cómo él había enfermado más en los últimos años, hasta quedar paralítico, sordo y ciego. Sabiendo que su fin estaba próximo, expresó su última voluntad. Como fuera declarado después por los tres sacerdotes testigos, murió posteriormente, el 8 de febrero de 1720.
Lo colocaron en el ataúd que se había preparado y lo vistieron simplemente con sus vestimentas sacerdotales blancas. En el ataúd cerrado fue llevado a una habitación oscura y fría, donde normalmente uno se congelaría (¡Polonia en febrero!). Al Padre Michael, mientras yacía en el ataúd, se le apareció el venerable Patriarca de los Padres Paulistas, San Pablo Ermitaño, le tocó la mano derecha y le dijo: "Levántate y ve a presentar tus votos a la Virgen de Czestochowa, pues es por Su gracia e intercesión que tu has sido resucitado".
Al desaparecer San Pablo con las palabras "Jesús y María de Czestochowa", el Padre Michael dentro del ataúd comenzó a gritar pidiendo auxilio. Se produjeron tumultos, algunos huyeron, mientras otros trataban de abrir el ataúd. Cuando esto fue posible, el Padre Michael lo primero que hizo fue buscar a San Pablo, pero éste se había ido; entonces, comprendió que había pasado el día en este lugar helado con su delgado hábito.
Pese a que no quisieron permitírselo tan pronto, el Padre Michael enseguida partió hacia Jasna Gora, que quedaba a unas 70 millas de distancia.
A su regreso trajo una hermosa imagen de Nuestra Señora de Czestochowa, que fue colocada en la iglesia, donde muchos parroquianos recibieron gracias y bendiciones solo por entrar en contacto con esta imagen que la representaba.