El que no ama la Iglesia, no ama a Cristo

01 No existe paz fuera de la verdad.

02 La vida cristiana empieza su camino en serio a partir del conocimiento de sí mismo a la luz de Dios.

03 O escogemos el Puente, que es Cristo, o nos devora el río, que es el torrente de las promesas falsas y amenazas falsas del mundo.

04 El que no arde de amor por la Iglesia que no piense que ama mucho a Cristo.

05 Todos han de tener inmenso aprecio por la celebración cotidiana, digna y fervorosa, de la Eucaristía.

06 Aprendemos a orar como aprendimos a hablar: oyendo a otros y repitiendo con sabiduría y amor.

07 Rechazar el camino de la obediencia es elegir el camino del capricho, y de ahí lo que sigue es muerte.

08 La vida de los consagrados es como el avance de un bote; quienes no tienen comunidad nadan solos.

09 Nuestra voluntad es tan débil como la distancia que nos separa de la voluntad de Dios: a mayor distancia, mayor debilidad.

10 La santidad es el fruto propio del bautismo, y por consiguiente, la meta natural de todo bautizado.